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Un cálculo mental recorre todos los días los hogares españoles: qué hora es y si es o no momento de poner la lavadora, el horno o el lavavajillas o mejor esperar a que la luz sea un poco más barata. Las "horas punta" y "valle", más cara y más barata, y la intermedia "hora llana" son la forma de organizar la demanda de electricidad y de incentivar que los consumidores la utilicen cuando más barata es. Históricamente, las horas más baratas eran por la noche y las más caras, en las horas centrales del día pero la entrada cada vez mayor de energía fotovoltaica ha revertido esta realidad y ahora es frecuente que en un día soleado la luz sea más barata a las tres de la tarde que a las tres de la madrugada. El sector renovable reclama una reorganización de las horas punta y horas valle, para que se amolden a la realidad, una cuestión que tiene sobre la mesa la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), a quien correspondería hacer el cambio.

"Históricamente, por la noche la demanda de electricidad era más baja", explica José María González Moya, director general de APPA Renovables, la principal asociación española del sector, en referencia a cómo se ha estado aplicando hasta ahora la ley de la oferta y la demanda en el sector eléctrico, con precios más baratos cuanto más baja era la demanda de electricidad.

"Pero llevamos un tiempo en que ha cambiado. Sobre todo por la energía solar, vemos cómo las horas del mediodía son más baratas, independientemente de que sea fin de semana o entresemana", añade González Moya, que considera que deben modificarse ya los peajes para que las horas punta y valle representen fielmente cuáles son las horas más caras y más baratas para que hogares y pymes enciendan el botón de la electricidad.

Esta señal de precios -más barato de noche, más caro de día- se da tanto en la tarifa regulada como en la de libre mercado. Los tramos más caros del día son las "horas punta", de 10 a 14 horas y de 18 a 20 horas, y los más baratos, las "horas valle", de doce de la noche a 8 de la mañana. En medio, están las "horas llanas", de 8 a 10 horas y de 18 a 22. Todas las horas del fin de semana son hora valle, más barata, porque hay una menor demanda, al parar buena parte de las actividades que consumen electricidad y estas mismas señales -de electricidad más barata de noche que de día- se dan también para recargar el coche eléctrico.

Sin embargo, a ojos de APPA Renovables, esta tarificación ya no tiene sentido porque cada vez hay más energía fotovoltaica disponible, que hace que a plena luz del día haya mucha más oferta -incluso a veces superior a la propia demanda-, y que el precio de la luz baje, aunque de momento esto no se refleje en el diseño de los peajes.

"Hay que darle la vuelta", dice González Moya, de modo que las horas valle sean las de sol, de 12 a 16 horas, y se "penalicen" las horas en las que el consumo de electricidad sea fundamental de gas, más caro, es decir, por las noches.

Sobre la mesa de la CNMC

Los peajes de transporte y distribución de electricidad son -como los cargos, por ejemplo- uno de los conceptos ajenos al coste propio de la electricidad que figuran en las facturas. Es a través de estos peajes, de su coste, como se incentiva que los pequeños consumidores utilicen las redes eléctricas en momentos de menor consumo. Para ello se crearon las horas punta, plana y valle, de modo que el establecimiento de tarifas más baratas a determinados momentos del día -por la noche o en las primeras horas del día- hiciera que hogares y pymes las eligieran para hacer su consumo eléctrico.

Los peajes los determina la CNMC en función de los factores que inducen el coste de las redes, teniendo en cuenta el uso que se hace de ellas en cada momento del día. Por eso, ni la reciente reforma de la tarifa regulada de la luz ni cuando en mayo de hace dos años el Gobierno modificó las tarifas eléctricas se atajaron los peajes ni, con ellos, la identificación de las horas más baratas y más caras para consumir electricidad. Hasta nuevo aviso por parte de la CNMC, se mantendrá la realidad que reflejó aquel titular de hace dos años de que el mejor momento para poner la lavadora era de madrugada.

Las actualizaciones de los peajes se hacen cada seis años y la última fue en 2020, pero cabe la posibilidad de hacer una revisión a mitad del periodo, es decir, durante este año. Según indican fuentes del organismo regulador, es algo que podrían revisar en los próximos meses teniendo en cuenta elementos como el impacto del autoconsumo, el almacenamiento de energía, la agregación de consumos y la participación de la demanda en la prestación de servicios. A diferencia de la realidad que describe el sector renovable, en esta eventual actualización de los peajes también tendrá en cuenta la opinión del gestor de las redes, Red Eléctrica, que no ve una excesiva saturación que justifique mover las horas punta y valle. Su presidenta, Beatriz Corredor, subrayó esta semana en un foro de Cinco Días que la absorción en España de renovables es la mejor del mundo y que solo se desperdicia el 2%.

Precios de cero euros

Que la luz ya es más barata durante el día que durante la noche es algo que constatan los hogares con placas solares y autoconsumo, que ya no tienen que esperar a la noche para que poner lavadoras más baratas. También lo que reflejan las subastas intradiarias de electricidad que gestiona el Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE), con días en que hay tanta electricidad de origen en la energía solar que basta la entrada de otras tecnologías fijas y baratas como la nuclear para que no fuera necesaria ninguna otra, y los precios se fueran casi a cero eurosm el megavatio hora. Esto es lo que pasó, por ejemplo, el pasado 14 de mayo, cuando el precio de la luz (en verde para España) fue cero euros entre las 10 y las 18 horas, y lo que el sector teme que se repita cada vez más frecuentemente, 'tirando' los precios de la electricidad de origen renovable.

"Ha llegado el momento, y así lo pedimos desde hace tiempo, de que se cambie y se establezcan peajes de manera que se incentive el consumo en las hora de sol", enfatiza González Moya, que advierte además de que seguir animando el consumo por la noche impulsa que se emplee más electricidad generada con gas natural, en ausencia del componente fotovoltaico, porque no hay sol por la noche. También sería una buena manera de evitar mediante el incremento de la demanda que durante las horas del día con mucho sol -o mucho viento en le caso de la eólica- la electricidad que generan sea tan barata que no cubra los costes de explotación. "Lo lógico es que las renovables se remuneren al coste. Son baratas, pero el coste no es cero", dicen en APPA Renovables.