«La tormenta que provocó la granizada llegó a tener 20 km de altura, algo muy infrecuente en nuestras latitudes, y se formó por la convergencia de viento originada por el frente de racha de una tormenta procedente del sur de Francia y el viento del sudeste de origen marítimo», ha informado el Servicio Meteorológico de Cataluña (Meteocat). El balance más trágico de esta tormenta de granizo ha sido la muerte de una bebé de 20 meses tras recibir el impacto de una bola de hielo en la cabeza cuando se asomó unos instantes al patio interior de su casa con su padre para ver la tempestad, causándole un traumatismo del que no pudo recuperarse en el Hospital Universitario Doctor Josep Trueta de Girona, al que fue trasladada.
El Ayuntamiento de La Bisbal y el consejo comarcal del Baix Empordà han anunciado esta tarde que se harán cargo de los gastos del funeral de la pequeña, y mañana este municipio gerundense guardará un minuto de silencio en su memoria. Además del fallecimiento de la niña, el primer balance de esta granizada, que las autoridades han calificado de «catastrófica», deja 67 heridos de diversa consideración, centenares de vehículos dañados, múltiples destrozos en edificios públicos y viviendas particulares y estragos en cultivos. Entre las personas lesionadas a las que las bolas de granizo cogió por sorpresa en plena calle, una mujer que resultó herida grave y fue trasladada al Hospital Josep Trueta, mientras que otras 35 fueron atendidas en el servicio de Urgencias del Hospital de Palamós y 32 más recibieron asistencia médica en el Centro de Atención Primaria (CAP) de La Bisbal, el cual se vio desbordado.
Precisamente, el CAP fue uno de los edificios más afectados en esta población, en el que los cristales de las claraboyas que dan luz a los once consultorios del centro se rompieron, por lo que han tenido que ser tapados desde el tejado con unas lonas. Otro de los edificios municipales más afectados ha sido el Museo de Terracota, que ha sufrido grandes desperfectos en su cubierta, en parte de cristal, y el del Ayuntamiento de La Bisbal, donde el granizo rompió la claraboya e impactó contra una cristalera de colores. La violenta tormenta de granizo provocó también que muchas tejas y cornisas de inmuebles salieran despedidas, por lo que los Bomberos han trabajado toda la mañana con camiones equipados con escaleras para asegurar los tejados y el cableado de las calles, a fin de evitar que rachas de viento puedan poner en peligro a los vecinos de esta localidad de unos 11.000 habitantes. Según ha explicado la alcaldesa accidental, Carme Vall Clara, prácticamente la totalidad de los vehículos que había estacionados han sufrido «desperfectos», entre ellos, los coches patrulla de la policía local, que han debido recurrir a un vehículo antiguo para poder prestar servicio y alquilar otro, y nueve vehículos de los Mossos d'Esquadra. «Fue algo increíble», es una de las frases que más se ha repetido a lo largo de esta mañana entre los vecinos de La Bisbal, cuyo ayuntamiento se plantea pedir que sea declarada zona catastrófica, si bien el Govern prefiere antes hacer un primer balance pormenorizado. En todo caso, la Generalitat abrirá una línea de ayudas de emergencias para los municipios afectados, tal y como ha avanzado desde La Bisbal la consellera de Presidencia, Laura Vilagrà, en una rueda de prensa junto al vicepresidente del Govern, Jordi Puigneró, y la alcaldesa accidental.
La bebé de 20 meses fallecida es la primera víctima mortal en Europa por una granizada desde 1997, en concreto, tras la muerte de cuatro personas en Rumanía en ese año, según los registros del European Severe Storms Laboratory (ESSL) (Laboratorio Europeo de Tormentas Severas). Sin embargo, el jefe del grupo de predicción y vigilancia de Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Cataluña, Ramon Pascual, ha recordado que «el granizo de gran tamaño ha existido siempre» y que en 1960 Osona ya fue declarada zona catastrófica por una gran tormenta con granizo de casi 500 gramos de peso, y que en 1986 se produjo otra gran granizada en la Segarra con granizo de doce centímetros. Cataluña se encuentra este miércoles en alerta naranja, sobre todo en el Baix Llobregat, el Garraf y el Penedès por lluvias intensas, que pueden ir acompañadas de estos fenómenos adversos violentos.
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