El presidente del Gobierno español en funciones, Mariano Rajoy, durante la rueda de prensa que ofreció en La Moncloa tras la reunión con el Rey Felipe VI | Efe

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El líder del PP, Mariano Rajoy, ha advertido este sábado al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, de que si gobierna será «a las órdenes de Podemos» e «hipotecado y humillado» y ha señalado que lo que necesita el país, por el contrario, es un presidente «con dignidad».

En su intervención en la junta directiva del PP de Córdoba, un día después de declinar el ofrecimiento del Rey de ser el primer candidato en optar a la investidura, Rajoy ha defendido su decisión, porque, ha dicho, «sería un fraude y una falta de respeto a los demás comparecer en el Congreso para perder el debate de investidura».

Y ha criticado ese gobierno que «busca desesperadamente Sánchez» y que se conformaría con Podemos, IU y el apoyo de los independentistas, porque aunque «pueden sumar» harían «mucho daño a nuestro país» y no podrán gobernar con la mayoría de los 'populares' en el Senado.

En cualquier caso, y «pase lo que pase», Rajoy ha prometido a los votantes del PP que pueden tener la «total y absoluta seguridad» de que la mayoría de este partido en el Senado y su primer puesto en número de diputados en el Congreso evitará que se hagan «disparates».

«Aquí no se van a hacer disparates, se va a defender la unidad de España, la soberanía nacional, la igualdad de los españoles, la recuperación económica y la creación de empleo», ha subrayado.

Ha prometido en este sentido que su partido no «jugará» con los votos de quienes les han apoyado ni los usará «para fines distintos de defender» aquello con lo que se comprometió en campaña.

Y ha prometido: «Yo desde luego ni busqué, ni busco ni buscaré apoyos entre los que amenazan la unidad de España». «Ni busqué, ni busco, ni buscaré apoyos entre los que no aceptan la soberanía nacional, piensan que no somos iguales o exhiben frivolidades económicas propias de radicales y extremistas que pueden arruinar nuestro país».

Rajoy ha insistido en que supondría «un fracaso» que se tuvieran que celebrar de nuevo elecciones, algo que también demostraría que los políticos no han estado a la altura de las circunstancias.

Por eso ha insistido en defender su propuesta de una gran coalición con el PSOE y Ciudadanos, algo que no ha sido posible porque Sánchez se ha negado a hablar con él, y ha reprochado al líder socialista su disposición a dialogar con todos menos con el PP, y a llegar a acuerdos incluso con los independentistas, «regalando» senadores para permitirles formar grupo en esa Cámara.

«En la vida, y la política forma parte de la vida, no vale todo». Con esta frase ha concluido Rajoy un discurso en el que ha tratado de explicar «lo que pasó ayer» cuando declinó la oferta del Rey de acudir el primero como candidato a la Presidencia.

Hacerlo a sabiendas de que no cuenta con el apoyo de la Cámara sería, ha dicho, un «fraude» y una «falta de respeto» a los más de siete millones de votantes del PP.

«Máxime», ha añadido, tras lo ocurrido ayer por la mañana -cuando el líder de Podemos, Pablo Iglesias, ofreció un gobierno de coalición a Sánchez-.

Y es que, en su opinión, el candidato del PP no puede aceptar presentarse al debate cuando «a la misma hora» quienes van a rechazar su investidura están «pactando y repartiéndose el próximo gobierno».

Además, ha considerado que si de lo que se trata es de que el candidato del PP no sea investido y empiecen a correr los plazos que marca la Constitución, él no va a aceptar que los votantes de su partido sean «utilizados» para abrir dichos plazos.

Mariano Rajoy ha insistido en que el pasado 20 de diciembre los españoles mandaron un mensaje a los políticos. «Nos dijeron hablen, dialoguen, entiéndanse y si tienen un problema lo resuelven ustedes que para eso se dedican a la política. El PP lo entendió así porque era nuestra obligación».

Y ha insistido en que su propuesta es la «apuesta más lógica, sensata y razonable», porque haría que el Gobierno contase con el apoyo de más de 250 escaños en el Congreso, pudiese hacer reformas para muchos años y daría un mensaje, dentro y fuera de España, «de seguridad, tranquilidad y certidumbre».