ASSANGE. Durante la rueda de prensa celebrada ayer en un hotel de Londres - Reuters

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El fundador de Wikileaks, Julien Assange, defendió ayer que la revelación de la nueva remesa de documentos militares estadounidenses sobre la guerra de Iraq se centra en "la verdad", y espera "corregir los ataques contra ella que han tenido lugar antes, durante y después", según hizo saber en rueda de prensa, en la que también fue anunciada la publicación en próximas fechas de una nueva remesa de 15.000 informes sobre las operaciones del Ejército del Estados Unidos en Afganistán.

Wikileaks avanzó la medianoche del viernes la filtración de más de 400.000 documentos secretos referentes a las acciones del Ejército estadounidense durante la guerra en Iraq en las que se destaca que Estados Unidos presuntamente conocía decenas de casos de tortura sobre prisioneros perpetrados por policías y soldados iraquíes, pero no los investigaron; se cifra en más de 100.000 los muertos registrados en el país árabe desde la invasión (2003) hasta 2009, y se detallan las presuntas ayudas realizadas desde Irán a milicias iraquíes.
"No estoy seguro de que hayamos conseguido el mayor impacto político posible, pero creo que nos hemos acercado bastante", declaró Assange, quien pidió que la "tremenda escala" de pérdidas humanas que se detalla en los documentos "no impide ver la pequeña escala humana, porque han sido las muertes de una o dos personas por cada incidente las que han provocado este número tan abrumador de fallecidos en Iraq", en declaraciones recogidas por 'The Guardian'.

En la misma rueda de prensa, el abogado Phil Shiner, del grupo Public Interest Lawyers, aseguró que los documentos demuestran que en algunos momentos se podría demostrar la presencia de fuerzas británicas en algunas acciones ilegales que serían objeto de un proceso judicial. "Algunas de estas muertes han tenido lugar en unas circunstancias en las que el Reino Unido ha tenido una clara responsabilidad legal", apuntó.

Shiner llegó a citar un caso en el que un fusilero británico había abatido a una niña de ocho años en una calle de Basora. "Por alguna razón, el tanque se detiene al final de la calle, la niña está ahí con su vestido amarillo, sale un fusilero y la revienta", describió el abogado, quien se erigió como portavoz de los civiles iraquíes que posiblemente podrían haber sido torturados o asesinados por las fuerzas británicas. "Algunos han muerto en ataques indiscriminados o por uso injustificado de la fuerza letal. Otros han muerto bajo custodia de las fuerzas británicas, y nadie sabe cuántos civiles han perdido sus vidas en los centros de detención", explicó el letrado. "Si se ha usado fuerza ilegal, debe perseguirse a los responsables, por lo que vamos a iniciar un nuevo caso para que se establezca un procedimiento judicial por el que se investigue la responsabilidad británica en las muertes civiles en Iraq", anunció.

Por su parte, el colega de Assange en Wikileaks, Kristinn Hrafnsson, anunció la próxima publicación de 15.000 nuevos documentos sobre la guerra de Afganistán, que se suman a los divulgados en julio, y que hasta ahora habían sido completamente vetados para su publicación. Hrafnsson precisó que estos nuevos documentos han sido editados y "no contienen información que pudiera resultar peligrosa para los implicados".

Assange recordó el dicho de que "la primera víctima de una guerra es la verdad" y dijo que los ataques contra la verdad comienzan antes de una guerra, continúan durante el conflicto armado y persisten, como ha ocurrido en el caso de Iraq, hasta mucho después.