Esta versión eléctrica S se diferencia de la atmosférica en pequeños detalles | Miquel Àngel Llabrés

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Aunque la marca MINI fue inicialmente un fabricante de automóviles de origen inglés que se fundó en Oxford, desde el año 2000 la marca pasó a ser propiedad de la marca alemana BMW.

Esto le sirvió pare rediseñar los productos y fabricar toda una gama de vehículos pequeños y no tan pequeños con unos acabados premium, con una estética moderna y con un aire retro que tuvo un gran éxito de ventas desde sus inicios.

En el camino que sigue la marca alemana de convertirse en una marca 100% eléctrica a partir de 2030, el coche que hoy nos ocupa y que hemos podido probar, el MINI Cooper SE es uno de los que inicia este camino.

A partir de ahora, la gama estará dividida en tres modelos base, el Cooper (3 puertas, 5 puertas y Cabrio), el MINI Countryman y el MINI Aceman, que sería una mezcla de los dos.

No hay duda que la marca germana mantiene la esencia estética del MINI de toda la vida, però siempre lo renueva sorprendiendo a su público en los pequeños detalles, que lo siguen manteniendo a la última.

Sigue teniendo los faros delanteros redondos, con una parrilla ancha y pilotos traseros (ahora triangulares) en posición vertical, pero tiene un toque más moderno que se nota a simple vista y que hace que te gires cuando lo ves por la calle.

Siguiendo la norma de la marca en las últimas veriones, los faros posteriores tienen una firma lumínica, que está basada en este caso en la bandera Union Jack.

En cuanto a las motorizaciones, las variantes eléctricas se componen por ahora de dos variantes, aunque más adelante está prevista la John Cooper Works. El modelo de acceso a gama, el Cooper E cuenta con un motor eléctrico de 135 kW (184 CV) con un par máximo de 290 Nm.

La segunda versión es la que hemos podido probar nosotros. Se denomina SE y es el gran heredero de la versión S de gasolina que tanto éxito ha tenido para la marca desde que se empezó a poner a la venta.

Esta versión eléctrica deportiva SE sube la potencia hasta los 160 kW (218 CV) con un motor de 330 Nm. Este propulsor permite unas prestaciones impresionantes ya que permite ponerse de 0 a 100 Km/h en 6,7 segundos. Por ejemplo, el de gasolina, con 204 CV tarda 6,6 segundos. La velocidad máxima es de 170 Km/h. Como es norma en los vehículos eléctricos, las velocidades máximas suelen ser menores que en los de gasolina, pero són muchísimo más que suficientes teniendo en cuenta las restricciones de tráfico.

Este modelo cuenta con una batería de SVOLT de 54,2 kWh (49,2 kWh netos) y homologa hasta 402 kilómetros de autonomía.. Destaca que a pesar de tener estas prestaciones, la autonomía anunciada es prácticamente la misma que hemos conseguido nosotros en la prueba, ya que podríamos haber hecho 400 con facilidad. Incluso diría que si lo hubiera utilizado más en ciudad los habría superado tranquilamente.

El interior del MINI es bastante reducido, aunque cuatro personas pueden viajar tranquilamente, sin estrecheces excesivas. El acceso a las posteriores es bastante bueno.

La calidad de los acabados es excelente, con ausencia casi total de plásticos duros, aunque llama la atención las telas que se encuentran en gran parte de la consola delantera. Seguro que son de gran calidad y durabilidad, como pasa en el resto de productos de la marca. La luz ambiental resalta de forma clara.

La consola central viene presidida por una pantalla redonda de grandes dimensiones, que sirve tanto para la instrumentación como para el infoentretenimiento. De hecho, delante de la cara del conductor solo hay un HUD que proyecta la información principal en el parabrisas delantero.

El reducido tamaño de la carrocería marca también el volumen del maletero, que tiene 210 litros de capacidad, que es una cifra más bien baja.

Podéis encontrar y probar este precioso MINI SE en el concesionario Proa Premium, situado en Gran Vía Asima, 19 del polígon de Son Castelló.