El secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth (i), y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, en un encuentro en Bruselas. | Efe - OLIVIER HOSLET

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El anuncio del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre el inicio de conversaciones para alcanzar la paz en Ucrania ha evidenciado el limitado papel de la Unión Europea (UE) en las negociaciones que la Casa Blanca parece haber entablado al más alto nivel con el Kremlin. Una de las premisas pasa por la reconfiguración de las actuales fronteras. Según confirmó el propio Trump, la maquinaria diplomática ya se ha puesto en marcha, dejando al margen tanto a la Comisión Europea como al resto de órganos comunitarios.

Esta situación ha generado malestar entre los principales Estados miembro de la UE, así como en Reino Unido, quienes han rechazado el enfoque unilateral y han reclamado un asiento en la mesa de negociaciones junto a Trump y el presidente ruso, Vladímir Putin. Asimismo, medios europeos señalan que los propios ucranianos apenas han sido convocados a estas conversaciones de paz. La administración estadounidense, además, ha complacido a Putin en uno de los elementos cruciales, como es el veto a una posible incorporación de Ucrania a la OTAN.

El papel de la UE en el conflicto

La vehemencia plasmada por Estados Unidos y su liderazgo internacional en solitario han sorprendido a algunos, especialmente considerando que la Unión Europea ha sido una parte activa en este conflicto desde su inicio el 24 de febrero de 2022. Desde el comienzo de las hostilidades la UE ha aplicado sanciones a Moscú y ha proporcionado ayuda humanitaria y militar a Kiev, sirviendo como un importante sostén para la resistencia ucraniana.

No obstante, voces críticas han tildado la ayuda europea a Ucrania de insuficiente, argumentando que esta deficiencia se ha reflejado dramáticamente en los frentes de batalla y ha costado innumerables vidas humanas. Estos señalamientos cuestionan la efectividad del apoyo brindado por la UE y su capacidad para influir en el curso de la guerra.

Mientras las conversaciones de paz avanzan bajo la tutela de Estados Unidos y Rusia, el rol de la Unión Europea y su exigua capacidad para defender los intereses de sus Estados miembro y de su socio Ucrania quedan aun más en evidencia. El desarrollo de estas negociaciones y sus resultados serán cruciales para determinar el futuro de la región y la credibilidad de la UE como actor geopolítico, en un momento en que se reclama un mayor gasto en defensa por parte de los Estados miembro, para mejorar la autosuficiencia de Europa ante un posible conflicto con Rusia.