Dirigiéndose directamente al magnate, que estaba sentado en primera fila junto al vicepresidente, JD Vance, y las primera y segunda damas, Budden ha defendido que «hay niños gays, lesbianas y transgénero en familias demócratas, republicanas e independientes, algunos de los cuales temen por sus vidas». Asimismo, la obispa se ha referido a «las personas que recogen nuestros productos y limpian nuestras oficinas, que trabajan en granjas avícolas y lavan los platos en sus restaurantes y trabajan en los turnos de noche en los hospitales».
«Puede que no sean ciudadanos o no tengan la documentación adecuada, pero la gran mayoría de los migrantes no son criminales. Pagan impuestos y son buenos vecinos. Son miembros fieles de nuestras iglesias, mezquitas y sinagogas», ha añadido. Estas palabras se producen después de que el republicano prestara juramento al cargo y firmara cerca de un centenar de órdenes ejecutivas, algunas de las cuales afectan directamente a estos dos grupos de población.
Este mismo martes, el presidente ha autorizado a las fuerzas del orden federales arrestar a migrantes irregulares y llevar a cabo operaciones policiales en lugares considerados sensibles, como iglesias, hospitales o colegios. Asimismo, sus decretos incluyen eliminar la concesión de la ciudadanía estadounidense por derecho de nacimiento, suspender todas las llegadas de solicitantes de asilo y la declaración del estado de emergencia en la frontera sur con México. Respecto a las personas LGTBI, Donald Trump ha firmado un decreto proclamando que su Gobierno solo reconoce dos sexos, masculino y femenino, y otro en el que pone fin a los programas «radicales y derrochadores» de diversidad, equidad e inclusión dentro de las agencias federales, y ha eliminado los recursos de las páginas web gubernamentales.
Al ser preguntado por el sermón de la obispa a su regreso a la Casa Blanca, Trump ha señalado que «no fue muy emocionante». «No pienso que haya sido un buen servicio, no. Podrían haberlo hecho mucho mejor», ha considerado. La obispa, en declaraciones a CNN, ha señalado que, si bien la reacción del presidente a sus palabras fue respetuosa, «algunos de los otros comentarios» que ha recibido «no han sido tan amables». «Y una de las cosas que intentaba transmitir es que podemos mantener estas conversaciones de forma respetuosa», ha agregado.
Más tarde el presidente de Estados Unidos exigió que la obispa le pida disculpas al «público» asistente por haberle pedido desde el púlpito misericordia con los niños, los inmigrantes y la comunidad LGTBI. En un mensaje colgado en su red Truth Social acusó de ser una anti-trumpista radical. Las cámaras registraron la cara de desagrado que puso el presidente al escuchar a la oficiante de la ceremonia de oración celebrada en la Catedral Nacional de Washington el martes pedir compasión con los inmigrantes que Trump quiere devolver a sus países. «La llamada obispa que habló en el Servicio Nacional de Oración el martes por la mañana era una radical de izquierda que odiaba a Trump», escribió Trump en su plataforma. «Tenía un tono desagradable y no era convincente ni inteligente», agregó.
2 comentarios
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... un fanático religioso molesto por lo que le dice otra fanática religiosa que le pinta la cara... el desagrado vino después, lo primero fue la sorpresa... debe de ser porque es una mujer la que le ha leído la cartilla, por eso está tan molesto...
No me extraña que cada vez la gente lea menos la prensa normal y lo haga mas por X (twitter) para enterarse de la verdad. Como que esta "obispa" activista radical de izquierdas y LGTBI fue grabada en 2020 por una camara de TV cuando las revurltas de George Floyd pidiendo que Trump fuese encarcelado.