El ministro de Exteriores español aprieta la mano de Ahmed al Sharaa. | Reuters - Hayat Tahrir Al-Sham

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España defenderá en el Consejo Europeo del 27 de enero la retirada progresiva de las sanciones impuestas a Siria, ha avanzado el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, tras reunirse con el nuevo líder del país, Ahmed al Sharaa, a quien ha ofrecido el apoyo de España para llegar a un proceso democrático e inclusivo.

Albares ha acudido al Palacio del Pueblo, una de las antiguas residencias del derrocado Bachar Al Asad, para entrevistarse con el Al Sharaa, cuyo grupo islámico, el Organismo de Liberación del Levante, está en la lista de organizaciones terroristas de la ONU y Estados Unidos. Y sobre si debe ser retirada esta etiqueta de grupo terrorista, Albares sólo ha dicho que en este momento es partidario «de apoyar una nueva Siria», ya que hay señales que permiten albergar esperanzas y que hay que juzgarles «por los hechos».

«Se abre una nueva página y todos tenemos interés en acompañarles», ha subrayado el ministro, quien ha agradecido «la calidez del recibimiento» y los signos de «amistad y franqueza» que ha percibido en su interlocutor. Le ha podido trasladar sin problemas -ha señalado- todas las cuestiones que preocupan a España en cuanto al respeto a las mujeres, a las minorías, la integridad territorial sin injerencias externas, reintegración de todas las milicias, el control de las armas químicas o la destrucción de los laboratorios de drogas, entre otras demandas.

Y según el titular de Exteriores, las nuevas autoridades les han asegurado que los pasos que están dando van en este sentido y que promoverán elecciones libres lo antes posible. Por eso, si continúan por esta senda, ha dicho, la posición española es el levantamiento «gradual» de las sanciones porque éstas estaban pensadas para el régimen de Al Asad. En todo caso ha insistido en que este nuevo escenario es una oportunidad, que no hay que desaprovechar y hay que ayudar a la reconstrucción, algo en lo que, ha apuntado, coinciden de manera general los socios europeos.

Con este contexto, Albares ha comunicado al nuevo gobernante, que ha recibido al ministro vestido con un traje de chaqueta gris oscuro y corbata negra, un nuevo paquete de ayuda humanitaria «para mitigar las difíciles» condiciones de vida, aportando 6 millones en ayuda humanitaria, 3 millones para los refugiados, 1,6 para ayuda humanitaria y medio millón para programas que contribuyan a la rendición de cuentas.

Albares se ha mostrado partidario de la vuelta de los refugiados, siempre que sea voluntaria, lo hagan en condiciones dignas y se respeten sus derechos. Antes de reunirse con el presidente de facto del país, Albares ha acudido a la Embajada de España donde se ha vuelto a izar la bandera española, que se arrió en 2012 cuando salió de allí el embajador a causa de la guerra. En esta ceremonia ha condecorado también al personal local de la legación que durante todos estos años «tan difíciles» han estado trabajando y han participado activamente en la evacuación de los españoles y sus familias en los días en los que se produjo la caída de Al Asad.

Durante esta jornada ha acudido a visitar la prisión de Sednaya, conocida como «el matadero humano», donde se calcula que unas 30.000 personas fueron ejecutadas y torturadas durante el régimen anterior. Acompañado por las explicaciones de los llamados «cascos blancos», la principal unidad de rescate de Siria, ha recorrido las instalaciones de esta prisión donde se puede intuir el horror e incluso percibir todavía el olor del hacinamiento. Para concluir este primer viaje oficial de Albares a Siria y tras la parada de ayer en Líbano, el ministro ha mantenido un encuentro con representantes de las diferentes minorías religiosas, que le han pedido que haga todos los esfuerzos para que se levanten las sanciones internacionales a Siria. Además, éstas le han manifestado su deseo de que la transición política concluya con una Constitución en la que estén todos representados.