Los voluntarios vuelven a desplegarse en zonas hasta hace poco controladas por el régimen dinástico de los Assad. | Redacción Digital

TW
0

En los últimos días, la organización humanitaria de los Cascos Blancos ha desplegado equipos especializados en las comunidades recién liberadas del control del régimen de Bashar al-Ásad en Siria. Estas zonas enfrentan ahora el enorme desafío de reconstruirse y recuperarse después de años de guerra. Los voluntarios de los Cascos Blancos, que regresan a sus pueblos y ciudades de donde fueron desplazados por la fuerza, están trabajando con recursos esenciales como ambulancias y camiones de bomberos para abordar las necesidades urgentes de la población civil.

Desde brindar primeros auxilios y apoyo en la extinción de incendios hasta limpiar los restos de la guerra, los esfuerzos de los Cascos Blancos son cruciales para devolver la vida cotidiana a Siria. «Los desafíos son inmensos, pero este es el momento de la esperanza y la acción», afirma la ONG, que requiere el apoyo internacional para continuar con su labor humanitaria en el país.

Recuperación de infraestructuras clave

Los equipos de los Cascos Blancos están trabajando en la recuperación de infraestructuras esenciales dañadas por la guerra. En la ciudad de Manbij, en la zona rural oriental de Alepo, los voluntarios han limpiado el Hospital Al-Furat como parte de su primera respuesta humanitaria, con el objetivo de restaurar los servicios sanitarios para la población civil.

Asimismo, 40 voluntarios de los Cascos Blancos se unieron a decenas de estudiantes en una iniciativa de tres días para limpiar las instalaciones y jardines de la Universidad de Alepo. El equipo removió escombros, desechos y peligros, podó árboles y lavó patios en un esfuerzo por crear un ambiente más seguro y propicio para retomar la actividad educativa.

Creación de espacios de esparcimiento

Además de la recuperación de infraestructuras críticas, Los Cascos Blancos también están colaborando con la población local para revitalizar espacios públicos. En la ciudad de Hama, los voluntarios se asociaron con jóvenes para limpiar y acondicionar el Parque Andalus, trabajando juntos para crear un lugar pacífico y agradable donde los residentes puedan encontrar un respiro después de años de conflicto.

Los Cascos Blancos, también conocidos como la Defensa Civil Siria, es una organización humanitaria que opera en las zonas controladas por la oposición en Siria. Fundada en 2014, la ONG está compuesta por voluntarios que trabajan para salvar vidas y prestar asistencia a la población civil afectada por la guerra. Entre sus principales labores se encuentran el rescate de personas atrapadas bajo los escombros después de ataques aéreos, la extinción de incendios, la prestación de primeros auxilios y la remoción de escombros y peligros de las zonas afectadas.

Los Cascos Blancos han ganado reconocimiento internacional por su valiente labor humanitaria en medio del conflicto sirio. Según datos de la propia organización, cuentan con más de 3.000 voluntarios repartidos por todo el país árabe, principalmente en las zonas controladas por la oposición al régimen de Bashar al-Ásad. Se financian principalmente a través de donaciones de gobiernos extranjeros, organizaciones internacionales y particulares. Entre sus principales donantes se encuentran países como Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Países Bajos. Su labor humanitaria ha sido ampliamente reconocida a nivel internacional. En 2016, el grupo fue nominado al Premio Nobel de la Paz y recibió el Premio Right Livelihood, conocido como el «Nobel Alternativo». Además, en 2017 se estrenó un documental sobre su trabajo titulado «Los Cascos Blancos», que ganó el Oscar al Mejor Cortometraje Documental.