Las fuerzas rusas llevan casi todo el año atacando el sistema eléctrico ucraniano y el mes pasado reanudaron su campaña de ataques, provocando prolongados cortes de electricidad a millones de civiles, a medida que la guerra con Rusia se acerca a la marca de los 34 meses. «Rusia pretende privarnos de energía. A cambio, nosotros debemos privarla de los medios del terror. Reitero mi llamamiento para la entrega urgente de 20 sistemas de defensa antiaérea NASAMS, HAWK o IRIS-T», escribió el ministro de Asuntos Exteriores, Andrii Sybiha, en una publicación en la red social X.
Una fuente del sector dijo a Reuters que el ataque del viernes había tenido como objetivo subestaciones eléctricas ucranianas y que había incluido más ataques contra infraestructuras de gas que en asaltos anteriores. A medida que se desarrollaba el ataque, las autoridades energéticas anunciaron cortes de electricidad de emergencia más prolongados, pero no aclararon si se debían a nuevos daños o si se trataba de una medida de precaución. No hubo informaciones inmediatas sobre víctimas.
Alrededor de la mitad de los 3,5 millones de consumidores de la compañía eléctrica Yasno estaban sin electricidad el viernes por la mañana, dijo su consejero delegado. El alcance de los daños era difícil de evaluar. Tras los repetidos ataques rusos a la red eléctrica, las autoridades revelan poca información detallada sobre el resultado de los ataques y el estado de la red.
Las autoridades de la región occidental de Leópolis confirmaron que se habían producido ataques contra las instalaciones energéticas de la zona y que habría que modificar el calendario de cortes de electricidad, lo que implicaba que se habían producido daños. Rusia afirma que no ataca infraestructuras civiles, pero que considera el sistema energético un objetivo militar. El sistema energético ucraniano ha sufrido ya 11 oleadas de ataques rusos este año, que han causado daños generalizados y cortes de electricidad prolongados en todo el país.
El ataque con misiles de la mañana fue precedido por un ataque nocturno en el que participaron docenas de drones. Las tropas rusas, por su parte, están avanzando más rápidamente en el campo de batalla en el este de Ucrania desde 2022, en su intento por apoderarse de toda la región industrial del Dombás. «El enemigo continúa con su terror. Una vez más, el sector energético de toda Ucrania sufre un ataque masivo», escribió el ministro ucraniano de Energía, German Galushchenko, en una publicación en Facebook.
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Ucrania hace tres días ataca con 7 misiles de crucero de EEUU ATACMS contra Taganrog, el aeródromo de Rospov, que por cierto dos misiles fueron derribados y otros cuatro, desviados por los sistemas de lucha radioelectrónica y uno abatido por los mig 35 rusos y solo la caída de fragmentos de misiles, produjeron víctimas entre el personal militar del aeródromo. Rusia les ha lanzado una andanada de más de 100 misiles de crucero y balísticos de largo alcance Kinzhal y 200 drones, golpeando instalaciones vitales de la red energética que alimentan la industria militar ucraniana y de la OTAN, las redes de transportes e instalaciones claves. Se han cargado empresas que producían misiles, drones, vehículos blindados y artillería. Han dejado sin electricidad a más de dos millones de hogares, además de inutilizar el suministro de agua potable. El ataque ruso no merma su capacidad militar de misiles, porque desde que se produjo la guerra de Ucrania multiplicaron por 8 la fabricación de todo tipo de misiles y la creación de nuevos y desconocidos como el Oreshnik y se sabe que hay variantes del mismo.
Nos faltan velas perrymason.