Harris, junto a Cheney, hija del exvicepresidente Dick Cheney (2001-2009), recorrieron comunidades suburbanas de Pensilvania, Michigan y Wisconsin en busca del voto moderado a 15 días de los comicios con cada vez más preocupación por las encuestas.
Cheney fue una de las pocas líderes republicanas que se atrevió a hacerle frente a Trump durante su mandato, algo que le costó su puesto de congresista y el ostracismo dentro del partido. La primera parada del día fue en Malven, un suburbio de Filadelfia (Pensilvania), donde Harris y Cheney alertaron de las «brutales consecuencias» que tendría para la Constitución de Estados Unidos un eventual regreso de Trump al poder.
«La vicepresidenta Harris va a defender nuestra Constitución. No siempre vamos a estar de acuerdo, pero sé que siempre hará lo que crea que es correcto para este país. Tiene un corazón sincero y por eso me honra apoyarla», dijo Cheney.
Los eventos tuvieron formato de coloquio, con preguntas de los vecinos de la zona.
Harris aseguró que «en estas elecciones hay una diferencia fundamental entre los candidatos, y esa es la no violencia».
«En estados tan importantes (como Pensilvania) no podemos permitirnos el lujo de estar empantanados en diferencias ideológicas sin reivindicar el respeto a las normas», agregó la actual vicepresidenta.
Pensilvania, Míchigan y Wisconsin forman el llamado 'muro azul' de Estados Unidos, tres estados clave con voto obrero que son claves para los demócratas.
En 2016, Trump fundamentó su victoria sobre Hillary Clinton conquistando estos tres estados, mientras que en 2020 el ahora presidente, Joe Biden, los recuperó para los demócratas, pavimentando su victoria.
En estas elecciones, además de factores recurrentes como el estado de la economía, en estos tres estados está llamada a tener un papel decisivo la comunidad árabe, muy descontenta con el Gobierno de Biden y Harris por su apoyo a Israel en la guerra de Gaza.
Trump se centra en Carolina del Norte
Trump, por su parte, centró la jornada del lunes en hacer campaña en Carolina del Norte, otro de los siete estados clave que están llamados a decidir las elecciones del 5 de noviembre.
El expresidente visitó Swannanoa, una de las comunidades arrasadas hace menos de un mes por el paso del huracán Helene por el sudeste del país, que hizo estragos sobre todo en el área de Asheville, en los montes Apalaches.
Helene dejó una enorme destrucción y cerca de 230 muertos en el sureste de Estados Unidos, la mitad de ellos en la zona en la que estuvo Trump este lunes en Carolina del Norte. Fue el huracán más mortal en el país desde Katrina en 2005.
«Es vital que no permitamos que este huracán, que ya ha causado tanto daño, también se lleve vuestra voz. Deben salir a votar», afirmó Trump, rodeado de escombros provocados por el huracán que todavía no han sido recogidos.
Trump además, utilizó su visita a Swannanoa para criticar la respuesta del Gobierno de Joe Biden al desastre provocado por el huracán, insistiendo en la falsedad de que el Ejecutivo usó el dinero de emergencias para ayudar a inmigrantes.
«Han gastado cientos de millones de dólares en otras cosas, cosas que creo que no tienen ninguna relación con este dinero. No deberían haber usado el dinero para acoger a inmigrantes ilegales. Tal vez (lo hicieron) para que puedan votar en las elecciones», dijo.
Después de su visita a la zona montañosa de Asheville, Trump tuvo un mitin en Greenville, también en Carolina del Norte.
Carolina del Norte empezó el jueves con el voto anticipado para las elecciones a la Casa Blanca y en cuatro días habían acudido a las urnas cerca de 1.030.000 personas, equivalente a un 16 % del censo. EFE
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(foto)(video)
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