Familiares de uno de los rehenes fallecidos en Gaza. | Reuters - Shir Torem

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La jornada de huelga general convocada para este lunes por el sindicato más importante de Israel para intentar forzar al Gobierno a alcanzar un acuerdo con el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) para lograr la liberación de los secuestrados durante los ataques del 7 de octubre ha arrancado con bloqueos de calles y la suspensión de vuelos en el Aeropuerto Internacional de Ben Gurión.

Decenas de personas han bloqueado a primera hora del día calles en Ben Gvir y los alrededores de Modiin y Rosh Pina, según ha informado el diario 'The Times of Israel'. Además, se han registrado bloqueos de carreteras en otras partes del país en el marco de las movilizaciones. En Yokneam, Ella Ben Ami, cuyo padre figura entre los secuestrados en Gaza, ha lamentado el hallazgo durante el fin de semana de los cuerpos de seis rehenes en la Franja.

«Seis rehenes que podrían haber vuelto con vida fueron asesinados bajo cautiverio», ha criticado. «No podemos permitir que esto vuelva a pasar. Haremos lo que sea necesario hasta que vuelvan a casa sanos y salvos», ha sostenido durante las protestas en la localidad de Yokneam, al sureste de la ciudad de Haifa, tal y como ha recogido el diario 'Haaretz'.

Por su parte, la huelga ha derivado en la suspensión de despegues de aviones en el Aeropuerto Internacional Ben Gurión desde las 8.00 horas (hora local), mientras que los hospitales funcionan con el horario reducido correspondiente a los fines de semana. A las protestas se han sumado además universidades y bancos. De cara a la huelga, el ministro de Finanzas de Israel, el ultraderechista Bezalel Smotrich, afirmó durante la jornada del domingo que había dado orden al Tesoro de no pagar los salarios a los trabajadores públicos que se sumaran a las protestas, según un comunicado publicado a través de su cuenta en la red social X.

De esta forma, desveló además que había pedido al Defensor del Pueblo que reclamara a los tribunales una suspensión de la huelga, que describió de «política». «No está bajo la autoridad de Histadrut -el principal sindicato de Israel- y no tiene efectos legales», sostuvo. «No se permitirá a los jefes de Histadrut voltear el país y usar a los trabajadores como armas para lograr avances en sus objetivos políticos», manifestó Smotrich, quien incidió en que «cualquier empleado que no acuda a su puesto de trabajo, no recibirá su sueldo».

El presidente de la Histadrut, Arnon Bar-David, anunció el domingo una huelga general y remarcó que un acuerdo que permita la liberación de los secuestrados durante los ataques ejecutados el 7 de octubre por Hamás y otras milicias palestinas «es ahora mismo lo más importante». En esta línea, dijo que el acuerdo parece estar bloqueado «por consideraciones políticas».

Así, hizo referencia a las críticas vertidas durante los últimos meses por los críticos del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a quien acusan de obstaculizar constantemente las negociaciones para un alto el fuego en Gaza para satisfacer a sus socios de gobierno -integrados por partidos ultraderechistas y ultraortodoxos-, quienes exigen continuar con la ofensiva contra Gaza a toda costa. Los llamamientos a la huelga general comenzaron pocas horas después del hallazgo el sábado de los cuerpos sin vida de seis rehenes durante una operación israelí en el sur de Gaza.

Israel afirmó que estas personas fueron ejecutadas por Hamás, mientras que el grupo islamista afirma que murieron en uno de los bombardeos israelíes sobre la zona. El Ejército de Israel lanzó una ofensiva contra Gaza tras los citados ataques del 7 de octubre, que se saldaron con unos 1.200 muertos y cerca de 250 secuestrados. La ofensiva deja hasta la fecha más de 40.700 palestinos muertos, según las autoridades gazatíes, controladas por Hamás, una cifra a la que se suman más de 660 muertos en Cisjordania y Jerusalén Este a manos de las fuerzas israelíes o colonos.