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Todo cambia para que nada cambie. Ursula von der Leyen seguirá al frente de la Comisión Europea cinco años más, pero lo que en 2019 era alivio por salvar en el Parlamento una votación ajustada (para una candidata inesperada) en 2024 ha sido una gran victoria (para una mujer de perfil propio que esquiva hablar de sus errores y a la que se le reconocen mucho sus aciertos). La Von der Leyen de hace cinco años no es la de ahora, a la que muchos definen como una lideresa pragmática, pero a la vez en muchas ocasiones 'vendida' a los designios de los Estados miembros.

Su segundo lustro no será sencillo pues tendrá que buscar mayorías a veces complicadas, en función de los temas, y se arriesga a posibles bloqueos. Además, según su primer discurso de la legislatura, el programa que va a plantear es muy amplio, en muchos sentidos inabarcable, y con tantos que temas que va a exigir una renovación y una "reconversión" profundas de la Unión Europea. La UE tiene que ser una mezcla, para Von der Leyen, de fe y de acción. Hizo una llamada al pasado para recordar cómo empezó a construirse lo que hoy es la Unión. "La gente arriesgó su vida para cumplir este sueño que es Europa. Ahora la responsabilidad está en nosotros. Elijamos Europa".

Después de la celebración y de los abrazos -recibió los de casi todos los grupos políticos- a la dirigente germana le toca tener por tanto la mirada en varios frentes.

¿Una mayoría hacia la izquierda? No tanto

Los números son un espaldarazo para Von der Leyen: 401 votos, más de los que obtuvo en 2019, cuando se quedó en 383. Esto es ya de por sí un mensaje y consolida su idea de construir una mayoría con populares, socialdemócratas, liberales y verdes, en lugar de mirar al menos de primeras a la derecha radical de Meloni, con ECR como socio 'aceptable' según ella misma en ese espectro. De este modo, suma un grupo político hacia la izquierda -los ecologistas- respecto a la amalgama que la respaldó hace cinco años. Las primeras palabras de Von der Leyen, no obstante, dieron pistas de lo que quiere hacer: trabajar con quienes la han votado, pero convencer a los que no.

El PPE y los Verdes pueden entenderse, pero no son socios predilectos, y eso se irá viendo a medida que pase la legislatura, por lo que las mayorías tendrán que ir rehaciéndose, quién sabe si con ECR o simplemente rascando votos de cada esquina. La UE ha pasado a ser la de los matices; la de negociar hasta las comas. Por ejemplo, cuando en 2019 la candidata a la Comisión reivindicó y amadrinó el Pacto Verde, los ecologistas no votaron por ella. Ahora, que aspira al pragmatismo y al retoque de la política climática sí que lo hacen. Quizá también en los Verdes han sido pragmáticos para que la alemana no cayera sí o sí en manos de la derecha radical y de una Giorgia Meloni que hizo que los suyos votasen en contra.

Sus movimientos van a depender de los temas

El mensaje de "más Europa, más y mejor Unión Europea" que lanzó Von der Leyen desde Estrasburgo queda muy bien para las crónicas, pero lo cierto es que sus movimientos y decisiones van a depender mucho de los temas que se pongan sobre la mesa. Hay dos elefantes en la habitación que marcarán su acercamiento o no (o incluso pacto) con la derecha radical -cuando se dice suyo la referencia es a lo que haga el PPE, tanto en el Parlamento Europeo como a nivel de gobiernos-: son las política climática y la migratoria. También pueden entrar ahí los recursos propios.

Lo inamovible en la mayoría sobre la que se apoya de primeras es la ayuda a Ucrania, de la que buena parte de la ultraderecha se está descolgando desde hace tiempo. Se pueden encontrar también cómodos en lo que se refiere a las relaciones exteriores, con la 'pelea' frente a China y también en la autonomía estratégica para separarse de Estados Unidos. Ahí entra la inversión en Defensa, pero también la creación de nuevos fondos comunes para la industria, las materias raras o la tecnología. En total, las cuatro familias suman 454 votos, sin fugas, una cifra a la que casi nunca se llegará pero que da mucho margen si se cumple.

Se arriesga a posibles bloqueos

Con todo, la derecha radical está preparada para bloquear tantas cosas como quiera en el Parlamento Europeo, sobre todo si Von der Leyen no encuentra el respaldo de sus socios de 'investidura'. Los tres grupos de ultraderecha (ECR, Patriotas y Soberanistas) suman 187 asientos, a los que hay que sumar algunos de los 32 No Inscritos, por lo que en la mayoría de casos superarían los 188 eurodiputados que tiene el PPE. Algo similar podría pasar en el Consejo -donde llegarán las propuestas de la Comisión Europea, como siempre-. Ahí se puede necesitar unanimidad o mayoría cualificada, y esta última podría estropearse con los votos de los gobiernos húngaro, italiano, eslovaco e incluso checo.

De momento, ya lo ha avisado: apostará mucho más por el pragmatismo que en la pasada legislatura, porque la Unión "tiene que adaptarse" y luchar contra quienes van "contra el estilo de vida europeo". Puso el foco en dos conceptos, sobre todo, como son la prosperidad y la competitividad, de cara a un lustro que estará centrado en la Defensa, en la industria y en "apostar por la perspectiva social" del proyecto comunitario, con asuntos como la vivienda en primera línea. Pero todo eso no le asegura nada.

Una agenda para todos... pero difícil de cumplir

La amalgama de temas es amplísima, y obligará a nuevos pasos que ya se han amagado con los anuncios de las nuevas carteras de Defensa, de Vivienda, del Mediterráneo, de Justicia Intergeneracional y una independiente de Pesca. Además, ha anunciado una vicepresidencia para la reducción de la burocracia. "Europa se enfrenta a una crisis inmobiliaria que afecta a personas de toda edad y familias de todo tamaño. Los precios y los alquileres se están disparando. La gente está luchando por encontrar viviendas asequibles, así que desarrollaremos un Plan de Vivienda Asequible para analizar todas las causas de esta crisis", dijo la alemana, que anunció además que ayudará a "desbloquear la inversión necesaria tanto público como privada" para conseguirlo. "La vivienda no suele ser una competencia comunitaria y algunos dirán que no debemos involucrarnos, pero quiero que esta Comisión ayude a la gente donde se necesite más. Si algo preocupa a los europeos, le preocupa también a Europa".

El mensaje es claro en todos los sentidos. La UE tiene que dejar de ser una potencia comercial para volverse competitiva y luchar en igualdad de condiciones con Estados Unidos y China. Pero eso no puede ser óbice, y lo sabe, para seguir avanzando en el Pacto Verde. "Voy a ser clara", dijo, haciendo hincapié eso sí en la perspectiva económica de la política climática, en un guiño al grupo ecologista de la Eurocámara. "Europa se está descarbonizando y reindustrializando al mismo tiempo", sentenció la candidata.. Ahora tendrá el gran reto de llevarlo de las palabras a la realidad. Empieza la era Von der Leyen II.