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Hace tres años, el ayuntamiento de Evanston, en Illinois (Estados Unidos) se convirtió en el primer gobierno local del país en comenzar a pagar indemnizaciones a sus ciudadanos negros, por un motivo: expiar décadas de "racismo institucional" en materia de vivienda local.

Pero ahora, esta ciudad dormitorio de Chicago se enfrenta a un problema: una denuncia federal. Un grupo activista conservador, Judicial Watch, ha presentado una impugnación legal al controvertido programa de 20 millones de dólares (18,6 millones de euros) de Evanston, alegando que discrimina a las personas que no son de raza negra, es decir, blancos, hispanos y asiáticos.

Estos ciudadanos no afroamericanos no pueden optar a la paga de 25.000 dólares (23.000 euros) que ofrece el ayuntamiento de Evanston. Los beneficiarios deben ser estadounidenses negros —o sus descendientes directos— que vivieran en Evanston como adultos entre 1919 y 1969, el año en que la ciudad finalmente puso fin a lo que admite fue una política oficial de "segregación racial" en materia de vivienda.

El grupo conservador, con sede en Washington, ha presentado su demanda en nombre de seis demandantes que dicen que vivieron en Evanston durante el período en cuestión y que podrían haber optado por las indemnizaciones, pero no pueden por no ser negros.

Los responsables de Judicial Watch dicen que este plan de reparaciones viola la 14ª Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que establece que todos los estadounidenses reciben igual protección ante la ley.

"Este programa redistribuye el dinero de los impuestos en función de la raza ", dijo el presidente de Judicial Watch, Tom Fitton. "Eso es simplemente una violación descarada de la ley", agrega.

Cada uno de los seis demandantes pide 25.000 dólares por daños y perjuicios, pero Judicial Watch quiere convertir la demanda en una "demanda colectiva" animando a otros miles de personas afectadas a unirse. En teoría, esto podría dejar a Evanston enfrentándose una factura de más de mil millones de dólares, dice el grupo.

Evanston instauró esta medida porque durante décadas, la vivienda incluía convenios restrictivos y una política conocida como 'línea roja', en la que los bancos podían rechazar hipotecas a los negros si intentaban comprar casas en zonas blancas.

Esta práctica ahora ilegal obligó a la mayor parte de la comunidad afroamericana de Evanston a vivir en un solo barrio, el '5th Ward', al oeste de la ciudad. Los funcionarios de Evanston dicen que muchas generaciones de negros se han visto perjudicados por no poder invertir en viviendas valiosas.

Este tipo de políticas han despertado el interés de colectivos afroamericanos en todo el país. Impulsadas por el movimiento Black Lives Matter que surgió tras el asesinato policial de George Floyd en Minneapolis, las demandas de reparaciones continúan creciendo.

Más de una docena de estados y ciudades de todo el país, incluidas Nueva York y Boston, están investigando si ofrecer reparaciones a sus propios residentes negros.

Cori Bush, una congresista estadounidense negra de Missouri, ha pedido reparaciones a nivel nacional y dijo que se necesitaría un mínimo de 14.000 de dólares (casi 13.000 millones de euros) "para eliminar la brecha de riqueza racial que existe actualmente entre los estadounidenses blancos y negros".

Esa cifra se obtiene del cálculo que indica que Estados Unidos se benefició de más de 222 millones de horas de trabajo esclavo forzoso, o el equivalente a aproximadamente 97.000 millones de dólares (90.000 millones de euros) de trabajo, entre 1619 y 1865.

Un académico de Princeton estimó que 267.000 dólares (250.000 euros) por cada estadounidense negro "cerrarían la brecha", pero "sólo por un corto tiempo".

Otros críticos a estos programas dicen que muchos grupos raciales en Estados Unidos han enfrentado discriminación racial, desde los nativos americanos que fueron sometidos a un genocidio sostenido, hasta los trabajadores chinos que construyeron ferrocarriles y los japoneses internados durante la Segunda Guerra Mundial.

Además, las encuestas indican que una solo minoría de estadounidenses no negros está de acuerdo con la idea de que, 159 años después de su abolición, las personas que nunca practicaron la esclavitud deberían ser obligadas a dar dinero a las personas que nunca la sufrieron.

Las últimas encuestas muestran que el 75% de los estadounidenses no negros (blancos, hispanos y asiáticos) no apoyan las reparaciones. Específicamente entre los blancos, la cifra cae hasta sólo el 15%. Mientras tanto, alrededor del 77% de los negros están a favor.