Cerca de 970 millones de votantes, más de 2.600 partidos políticos inscritos y seis semanas por delante. Así son las elecciones de la India que comenzaron el pasado 19 de abril y durarán hasta el próximo 1 de junio. Serán los comicios con mayor participación de la historia y decidirán el futuro del país más poblado del planeta, después de que superara el año pasado a China. Los ciudadanos indios elegirán los 543 escaños de la Lok Sabha, la cámara baja del Parlamento indio, que luego decidirá quién ocupará el cargo de primer ministro. El actual mandatario, el ultranacionalista hindú Narendra Modi, parte como claro favorito y la duda será qué mayoría obtendrá.
La logística de votar en un país tan grande y con zonas muy remotas y rurales hace que el proceso se divida en siete fases repartidas en 44 días. Este jueves ha terminado la segunda fase, un proceso para el que estaban llamadas casi 160 millones de personas y que seguirá el 7 de mayo. La cuarta fase será el día 13 de ese mes, y la quinta y la sexta se celebrarán los días 20 y 26 de mayo. La séptima y final tendrá lugar el 1 de junio, tres días antes de la publicación de los resultados.
La distribución en fases obedece también a una cuestión esencial de seguridad, ya que una votación simultanea sería imposible de controlar. Sobre todo en zonas donde históricamente se han producido episodios de violencia, como el estado de Bengala Occidental. De hecho, la Comisión Electoral de la India ya ha anunciado la repetición de la primera fase de las elecciones generales en once colegios del noreste, donde se produjeron antes de las elecciones ataques con disparos y destrucción de máquinas electrónicas.
Más de 15 millones de voluntarios estarán presentes en las votaciones que en muchas localidades serán a través de voto electrónico, una decisión que ha generado polémica. "La oposición critica que es mejor el voto en papel para comprobar el recuento, pero lo cierto es que es más fácil llevar una máquina que registra electrónicamente que millones de papeletas a zonas rurales", asegura a 20minutos Mario López Areu, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia Comillas.
Castas y religión, base de la identidad del votante
De los 2.600 partidos registrados hay 80 de ellos que se agrupan dentro de las dos grandes alianzas. Cerca de 40 partidos componen la Alianza Democrática Nacional de centro-derecha, liderada por el Partido Popular Indio de Narendra Modi; y otros 40 en una coalición de centro izquierda que lidera el Congreso Nacional Indio, el partido histórico de Gandhi y Nehru. "Muchos de los partidos que se presentan son instrumentos de caciques locales, ya que en India el sistema de elección es uninominal", explica López Areu, que recuerda que "en India la identidad está politizada, entre otras cosas, de acuerdo a la casta y la religión".
En el país asiático, donde las diferencias sociales están muy presentes en el día a día del ciudadano, existe un sistema de castas que combina el estatus social con el oficio, el grupo étnico e incluso la propia lengua y que es diferente según la región. "Obviamente los intocables y ciertas castas más bajas tienen más problemas para votar, pero también se han buscado todas las herramientas para permitir que todo el mundo tenga la posibilidad de votar. Por eso se considera que India es una democracia plena en este aspecto", afirma a este medio Ernesto Pascual, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Oberta de Catalunya.
La politización de la identidad de casta se ve también reflejada en la creación de partidos políticos que apelan a castas específicas. Por ello, las castas más bajas o más rurales, o incluso las minorías como la musulmana, tienden a agruparse alrededor de la alianza de centro izquierda, mientras que las más altas que se beneficien del sistema hinduista tienden a agruparse dentro de la alianza del centro derecha de Modi, con un modelo económico más neoliberal, explican.
"Es importante también la relación personal. Si la persona que se presenta es de la misma castas pues muchas veces se le vota por eso. Es por ello que los grandes partidos buscan atraer esos líderes porque saben que viene con ellos un bloque de voto", dice el profesor de la Universidad Pontificia Comillas.
La dinámica con la religión es similar. Pese a que el islam es una religión minoritaria, lo cierto es que India es el tercer país con más musulmanes del mundo y las tensiones religiosas están muy presentes en varias zonas. El partido de Narendra Modi es hinduista e identifica a la India con la cultura hindú, por lo que piden que tenga una presencia en la política. Por el otro lado está el Congreso Nacional Indio, que defiende la Constitución de 1950 que dice qua la India es una República Federal secular y por tanto todas las religiones son bienvenidas.
Es por ello que buena parte del electorado musulmán vota a estas formaciones y la Alianza Democrática Nacional sabe que al no obtener votos de esta minoría puede utilizar el nacionalismo hindú como fuerza movilizadora. No es por lo tanto extraño ver como el actual primer ministro llama a los musulmanes "infiltrados" que representan una amenaza para la prosperidad hindú.
Unas elecciones con pocas sorpresas
Con todo, el resultado de las elecciones no parece que vaya a entrañar grandes sorpresas y la pregunta no es quién va a ganar, sino por cuánto. En los diez años que lleva en el poder, Modi ha conseguido expandir esa base electoral a las castas bajas hindúes que históricamente han votado a la alianza del Congreso Nacional o que directamente no votaban. Entre otras cosas, apelando a la identidad hindú más que a cuestiones como el estatus socioeconómico.
"Salvo sorpresa mayúscula, Modi va a ganar. Lo que la gente está más centrada es en ver si alcanzará los dos tercios del Parlamento, que podría ser visto como una forma de legitimar que se cambie la Constitución y acabar con la identidad secular del país", explica López Areu. En frente está Rahul Gandhi, el último eslabón de una dinastía política histórica que se remonta a su bisabuelo, Jawaharlal Nehru; su abuela, Indira Gandhi; y su padre, Rajiv Gandhi. Todos ellos primeros ministros de la India. Las encuestas le dan como perdedor y un tercer mandato de Modi con amplio apoyo podría no solo forzarle a abandonar el su formación política, sino que dejaría un partido que siempre ha sido hegemónico en una situación de marginalidad.
Por delante India tiene grandes desafíos. Por un lado el demográfico, tras desbancar a China como el país más poblado del mundo. Pero también de desigualdades internas y económico, así como de su posición dentro de la comunidad internacional. "Su principal desafío es el exterior, de si realmente van a conseguir geoestratégicamente un poder que se está gestando en los BRICS y en la unión económica que tiene con países como China, Rusia y los países del Golfo.", sentencia Pascual.
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