Tucker Carlson y Vladímir Putin, durante la entrevista. | SPUTNIK

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El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha asegurado este jueves que no tiene ninguna «reivindicación territorial» en el continente europeo, a pesar de haberse anexionado las regiones ucranianas de Jersón, Zaporiyia, Donetsk, Lugansk y Crimea, y que no tiene intención de enviar tropas a otros países, todo ello durante una entrevista de dos horas concedida al polémico Tucker Carlson, expresentador de la cadena de televisión estadounidense Fox News.

«Esto (las reivindicaciones territoriales en el continente europeo) está absolutamente excluido. No hace falta ser ningún analista: es contrario al sentido común verse arrastrado a algún tipo de guerra global. Y una guerra global pondrá a la humanidad al borde de la destrucción. Es evidente», ha declarado Putin. En ese sentido, ha enfatizado que solo enviaría tropas contra otros países si desde allí se atacase a Rusia, y ha reiterado que Moscú «no tiene interés ni en Polonia, ni en Letonia, ni en ninguna parte», y que solo actúa en base a amenazas, según ha recogido la agencia de noticias rusa Interfax.

«Hablan de ello e intentan intimidar a su población con una amenaza rusa imaginaria. Es un hecho evidente. Y la gente inteligente (...) entiende perfectamente que se trata de una farsa. La amenaza rusa está siendo inflada», ha añadido el mandatario ruso. Después de meses de declaraciones de altos funcionarios rusos sobre la posibilidad de usar armas nucleares en caso de que Rusia se viese amenaza, ahora Putin expresa que esta posibilidad es una «historia de terror para la gente corriente» para «extraerles fondos adicionales en el enfrentamiento contra Rusia».

De hecho, cree que los países occidentales deben llegar a un acuerdo con el Kremlin por ser «más inteligente y racional», y que ellos nunca se han negado a negociar, sino que ha sido «Occidente» quien ha rechazado «públicamente» entablar conversaciones con Rusia porque no serán derrotados «en el campo de batalla». «Por alguna razón, todo el mundo tenía la ilusión de que Rusia podría ser derrotada en el campo de batalla ya sea por arrogancia o por un sentimiento sincero, pero no por una gran sabiduría», ha remarcado el presidente ruso.