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Cientos de simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro han superado las barreras policiales y han invadido la sede del Congreso brasileño en Brasilia en el marco de una manifestación contra el nuevo presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva. Algunos de los asistentes se han dirigiado al palacio presidencial, el Palacio de Planalto, y a la sede del Tribunal Supremo Federal con el objetivo declarado de derrocar a Lula y a su vicepresidente, Geraldo Alckmin.

La Policía se ha empleado con medios antidisturbios. Los manifestantes se habían concentrado este domingo frente al Cuartel General del Ejército, en el centro administrativo de Brasilia, y han marchado hasta la Explanada de los Ministerios, donde se han producido los incidentes. Los afines a Bolsonaro exigen la intervención de las Fuerzas Armadas y la detención de Lula. Anteriormente, el ministro de Justicia, Flávio Dino, dijo haber mantenido contactos con los gobernadores para abordar «actos antidemocráticos» ocurridos recientemente en el país en referencia a las manifestaciones de rechazo a la toma de posesión de Lula.

«Queremos que la ley prevalezca y no haya crímenes. Estoy en Brasilia. Espero que no haya actos violentos y que la Policía no tenga que actuar. La 'toma del poder' solo puede suceder en 2026, tras unas nuevas elecciones», ha argumentado.