En la última declaración de prensa, el Ministro del Interior, Suleyman Soylu, había informado a las 06.00 hora local (05.00 CET) de la muerte de 26 de los 110 mineros que se encontraban en la mina en el momento de la explosión, mientras que 58 personas fueron rescatadas y 15 seguían atrapadas en el pozo. «En estos momentos tenemos 15 mineros que se está intentando rescatar», señaló Soylu. Por su parte, la emisora NTV afirmó, después de conocerse el comunicado de Koca, de que otros dos cuerpos sin vida fueron rescatados de la profundidad, lo que de confirmarse oficialmente elevaría a 30 el número de muertos y a 13 la cifra de personas que siguen atrapadas. Sin embargo, otras cadena, Halk TV, ha afirmado que ya no quedaba ninguna persona en la mina siniestrada. Fatih Donmez, ministro de Energía y Recursos Naturales, dijo que el incendio en la galería de la explosión no se había apagado aún y que entre 10 y 11 de los 15 mineros que aún estaban bajo tierra se encontraban en la zona donde el fuego está en curso.
El presidente Recep Tayyip Erdogan tuiteó que se trasladará hoy a Bartin para «coordinar los trabajos de búsqueda y rescate». Unos 110 mineros que trabajaban en el turno de 16.00 a 24.00 horas se encontraban en la mina de carbón cuando se produjo la explosión a las 18:15 hora local (15:15 GMT) en una galería o pozo de más de 300 metros de profundidad, donde se encontraban casi la mitad de esos mineros. La gobernadora de la provincia de Bartin, Nurtaç Arslan, había explicado previamente que 44 mineros se encontraban en la cota de 300 metros, donde tuvo lugar la deflagración, y otros 5 en otra de 350 metros bajo tierra.
La Fiscalía local ha designado a tres fiscales para investigar la causa del siniestro. El ministro de Energía turco, Fatih Dönmez, que también acudió anoche a Amasra, declaró a los medios que según las primeras pesquisas el desastre fue causado por una explosión de grisú. «Hay varios derrumbes parciales», explicó Dönmez, Tras trabajar toda la noche, los equipos de socorro continuaban este sábado con sus esfuerzos para rescatar más mineros, mientras que los familiares y amigos de los desaparecidos esperan ansiosamente en la zona minera noticias de sus seres queridos.
«No sabemos nada. Hubo polvo y humo, no pudimos ver qué pasó. Yo salí por mis propios medios. Los que estábamos algo alejados solo sentimos la presión de la explosión, pero no pudimos ver nada», indicó a la cadena NTV un minero que salió del pozo antes de que llegaran los equipos de rescate. La mina siniestrada pertenece a la empresa estatal Turkish Hard Coal Enterprises. Según el diario turco Evrensel, un informe del Tribunal de Cuentas (Sayistay) había llamado ya en 2019 la atención sobre este pozo, indicando que se habían registrado altas filtraciones de gas con riesgo de explosión. Turquía es uno de los países del mundo con más accidentes en sus minas de carbón y lignito, que los sindicatos achacan a las escasas medidas de seguridad en un sector escasamente regulado y controlado. El mayor desastre tuvo lugar en mayo de 2014 en una mina de Soma, en la provincia occidental de Manisa, cuando murieron 301 mineros por un incendio causado por una explosión eléctrica en un pozo. Desde 1941, más de tres mil personas han muerto en accidentes mineros en este país euroasiático.
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