Los ministros de Defensa de la OTAN se reúnen este miércoles y jueves en Bruselas para tratar la necesidad de reforzar las defensas aliadas y la protección de sus infraestructuras críticas. Lo hacen en medio de la guerra en Ucrania y tras los recientes ataques a los gasoductos Nord Stream 1 y 2.
El encuentro va a servir para continuar con el apoyo a Ucrania, pero también para responder a Vladimir Putin. La OTAN ha amenazado al presidente ruso con activar el 'Artículo 5' si sabotea objetivos de Occidente.
"Cualquier ataque deliberado contra las infraestructuras críticas de los aliados sería respondido de forma unida y decidida", aseguró el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, antes de comenzar la reunión. "Hemos duplicado nuestra presencia en el Báltico y el Mar del Norte, con más de 30 buques, apoyados por aviones de patrulla marítima y capacidades submarinas", asegura.
Todo ello -además de por los ataques al Nord Stream 1 y 2-, después de que la red ferroviaria del norte de Alemania quedara interrumpida durante tres horas tras el corte de los cables de comunicación el sábado. A todo se añade este miércoles que Polonia ha detectado una fuga en el oleoducto de Druzhba, una vía clave para el suministro de petróleo a Europa.
Según Stoltenberg, todos estos ataques y/o sabotajes -además de los ciberataques o los ataques híbridos- podrían ser suficientes para activar la cláusula de defensa colectiva del Artículo 5. Es decir, que todos los socios de la OTAN considerarían el sabotaje como un ataque contra ellos.
¿Qué dice el artículo 5 de la OTAN?
Literalmente este artículo del Tratado del Atlántico Norte, firmado en Washington el 4 de abril de 1949, dice:
"Las Partes acuerdan que un ataque armado contra una o más de ellas, que tenga lugar en Europa o en América del Norte, será considerado como un ataque dirigido contra todas ellas, y en consecuencia, acuerdan que si tal ataque se produce, cada una de ellas, en ejercicio del derecho de legítima defensa individual o colectiva reconocido por el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, ayudará a la Parte o Partes atacadas, adoptando seguidamente, de forma individual y de acuerdo con las otras Partes, las medidas que juzgue necesarias, incluso el empleo de la fuerza armada, para restablecer la seguridad en la zona del Atlántico Norte. Cualquier ataque armado de esta naturaleza y todas las medidas adoptadas en consecuencia serán inmediatamente puestas en conocimiento del Consejo de Seguridad. Estas medidas cesarán cuando el Consejo de Seguridad haya tomado las disposiciones necesarias para restablecer y mantener la paz y la seguridad internacionales".
La propia OTAN ha comentado posteriormente que "el principio de defensa colectiva se encuentra en el corazón del tratado fundacional de la OTAN. Sigue siendo un principio único y duradero que une a sus miembros, comprometiéndolos a protegerse mutuamente y estableciendo un espíritu de solidaridad dentro de la Alianza".
En marzo de este año, recién iniciada la invasión de Putin sobre Ucrania, el secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, reiteró la vigencia del Artículo 5. "Si hay alguna agresión en cualquier lugar, en territorio de la OTAN, contra países de la OTAN, nosotros, Estados Unidos, todos nuestros aliados y socios tomaremos acción para defender cada centímetro del territorio de la OTAN. Es así de claro y directo", dijo.
Ahora Stoltenberg ha comentado que los socios de la OTAN "nunca renunciaremos al privilegio de definir exactamente hasta dónde llega el umbral del Artículo 5. Esa será una decisión que tomaremos como aliados teniendo en cuenta el contexto preciso".
En términos históricos, la Alianza Atlántica invocó el Artículo 5 por primera vez tras los ataques terroristas del 11-S contra Estados Unidos. Posteriormente, ha adoptado medidas de defensa colectiva en varias ocasiones.
A petición de Turquía, la OTAN ha puesto en marcha medidas de defensa colectiva en tres ocasiones. En 1991, con el despliegue de misiles Patriot durante la Guerra del Golfo; en 2003, con el acuerdo sobre un paquete de medidas defensivas y la realización de la Operación Despliegue de Disuasión durante la crisis de Irak; y en 2012 en respuesta a la situación en Siria con el despliegue de misiles Patriot, según detalla la web de la alianza.
Crimea, Ucrania y la amenaza rusa
Posteriormente, tras la anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia en 2014, la OTAN puso en marcha el mayor aumento de la defensa colectiva desde la Guerra Fría, con, por ejemplo, grupos de combate multinacionales en Estonia, Letonia, Lituania y Polonia, aumentando su presencia en Rumanía y en zonas del Báltico y el Mar Negro.
Tras la invasión rusa de Ucrania, la Alianza Atlántica ha llevado a cabo el despliegue de la Fuerza de Respuesta de la OTAN "por primera vez en un papel de disuasión y defensa". Recuerda la organización cómo la pasada Cumbre de Madrid (junio de 2022) sirvió para adoptar medidas concretas como el despliegue de fuerzas adicionales listas para el combate en el flanco oriental.
Cabe recordar, finalmente, dos aspectos que la OTAN está teniendo muy en cuenta desde que los tanques de Putin invadieran territorio ucraniano. Por un lado, la ciberdefensa, que en la Cumbre de Varsovia de julio de 2016 los aliados reconocieron como un nuevo dominio operativo.
Por otro, el Concepto Estratégico 2022 que -se vio en Madrid- identificó a Rusia como "la amenaza más importante y directa para la seguridad de los Aliados y para la paz y estabilidad en la zona euroatlántica".
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