El pasado 16 de diciembre se detectó un foco de la del virus de gripe aviar altamente patógeno en una explotación de patos de cebado en el municipio de Manciet, en el departamento de Gers. Fue el primero en el suroeste. Desde entonces, se llevan contabilizados cuatro en ese mismo departamento, así como otro en las Landas y otro en los Pirineos Atlánticos. Al norte de Francia también se han visto afectadas una explotación en el departamento de Aisne y dos en el de Ardennes.
Las aves silvestres contagiadas con el virus H5N1 de las que se tiene noticia por ahora se concentran esencialmente en el norte, en una docena de focos en total. Las medidas de protección puestas en marcha por las autoridades son el sacrificio preventivo de los animales que están en un perímetro en torno al foco identificado definido por la Prefectura (delegación del Gobierno), la desinfección y la prohibición de movimientos de aves en las zonas de vigilancia que se establecen.
Desde que el 5 de noviembre Francia se declaró en riesgo elevado por la presencia de la gripe aviar en otro países más al norte de Europa, se habían puesto en marcha otras como la prohibición de que las aves de las explotaciones salgan al exterior donde podrían estar en contacto con la fauna silvestre. Francia ya había sufrido a finales de 2020 y comienzos de 2021 una grave ola de esta enfermedad que afecta a las aves, pero no a las personas. Entonces se sacrificaron varios millones de animales para atajar la epidemia.
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