DEBAT ELECTORALS - Senat | Youtube: Ateneu de Maó

TW
52

Hubo que esperar dos horas de debate para que al final el candidato al Senado por Vox, Alejandro Llabrés, soltara la andanada a la línea de flotación de todo proyecto político, social o empresarial que se precie en los últimos años y que gira en torno a esa palabra mágica, la sostenibilidad, sobre la que se ha construido el llamado modelo menorquín. La incógnita es si fue a sabiendas o por la espontaneidad de la inexperiencia y juventud, pero Llabrés dejó claro que si Vox gobierna, o si el PP le necesita para gobernar España, «la Agenda 2030 tiene que desaparecer».

Desde el público, la exconsellera y ahora diputada autonómica de Unidas Podemos, Cristina Gómez, insistía en su pregunta, ¿para qué han pedido entonces gestionar la Agenda Urbana de Menorca?, y Llabrés respondió, «ya lo he dicho, la eliminaremos, no sirve para nada». Aplausos de sus militantes en la sala y silencio en la mesa. Fuera de micro se escuchó a Isa Allès, candidata de Sumar Més, musitar algo así como «y entonces qué váis a hacer» y Llabrés tranquilo contestó que hay otras carteras, «está vivienda».

Y así fue como el debate de los candidatos al Senado celebrado el miércoles en el Ateneu de Maó, y en el que su moderadora, la presidenta Margarita Orfila, se esforzó por encauzar las intervenciones, especialmente las del público, hacia las cuestiones que se tratan en la Cámara de representación territorial, se reventó en el último momento. Tal vez porque hace mucho calor y al final, es inevitable hablar del cambio climático, un ámbito en el que Sumar Més y PSOE encuentran sus puntos en común, ambos apuestan por incrementar la autosuficiencia energética y la instalación de renovables, algo a lo que el PP no pone reparos, de hecho apoyó el plan de acción de la Agenda Urbana, que sigue los criterios de la Agenda 2030, en el último mandato de la izquierda en el Consell.   

Hasta ahora se ha vendido por el PP la entrada de Vox en el Consell como algo inocuo, es más, a Maite de Medrano, que practica el silencio, se la ningunea diciendo que asume una competencia inexistente como vivienda –ya hemos visto lo intrascendente que es, con vecinos que recurren a profesionales para desalojar pisos okupados en Maó–, aderezada con la Agenda Urbana. Pues en el debate de candidatos al Senado se confirmaron las sospechas iniciales: activarán una bola de demolición, a ver dónde se coloca el presidente Dolfo Vilafranca.

Público asistente al debate de candidatos al Senado organizado por el Ateneu de Maó y moderado por su presidenta.
Público asistente al debate de candidatos al Senado organizado por el Ateneu de Maó y moderado por su presidenta | Ateneu de Maó

El cambio climático se coló en un debate que había transcurrido por los cauces normales, con un candidato del PPy aspirante a renovar el acta de senador, Cristóbal Marqués, que hizo todo lo posible para llevárselo al terreno de las infraestructuras y los incumplimientos del «sanchismo» con Menorca. Lo logró a ratos,    poniendo sobre la mesa cuestiones como la torre de control del Aeropuerto, el retraso en el segundo cable eléctrico submarino entre Mallorca y Menorca, o la pérdida del dinero del convenio de carreteras.

Isa Allès, única mujer entre los candidatos, enfatizó las propuestas en materia laboral de Sumar (subida del salario mínimo con un complemento insular, por ejemplo) y recalcó la especificidad de Més en esta coalición, con defensa de «mi lengua menorquina catalana». También insistió en que «soy la única que tendrá libertad de votar a favor de los menorquines sin someterme a disciplinas de partidos».

La torre de control física en el Aeropuerto une a adversarios

Una de las controversias giró en torno a la torre de control del Aeropuerto. Pese a la distancia ideológica,    PP y Sumar Més apuestan por la torre física. Allès defendió que Menorca no es lugar para «experimentos», Marqués dijo que la torre virtual había sido «una chapuza para ahorrarse cuatro duros», y Mariano, del PSOE, señaló que informes técnicos avalaban su seguridad.

El apunte

El descuento del 75%, un gol canario en los presupuestos de Rajoy

Las mentiras o medias verdades en los debates son algo bastante habitual, no siempre conllevan premeditación, simplemente los candidatos no se acuerdan de los detalles y barren para casa.    Eso le debió suceder a Miquel Mariano (PSOE) cuando dijo que el descuento del 75 por ciento es un «logro socialista», motivando la rápida reacción, negándolo, del candidato popular, Tóbal Marqués.

En estos casos lo mejor es acudir a la hemeroteca: el descuento del 75 % se aplicó primero a los viajes entre islas, en junio de 2017, y después, en julio de 2018 se extendió al transporte aéreo y marítimo con la Península. En ambos casos se dio cumplimiento a lo previsto en la Ley de Presupuestos Generales del Estado de 2018, que habían pactado el PP y Nueva Canarias (su diputado, Pedro Quevedo, incluso fue invitado a las tertulias de verano de Es Mercadal).

El Gobierno de Pedro Sánchez prorrogó las cuentas del Estado cuando ganó la moción de censura en el Congreso y el descuento se aplicó. Esos presupuestos los aprobó Mariano Rajoy (PP) con el apoyo de sus socios electorales de UPN y Foro, más Ciudadanos, Coalición Canaria, Nueva Canarias y el PNV. Votaron en contra de las cuentas que incluían el descuento del 75 % –y que después prorrogaron–, los grupos de PSOE, Unidos Podemos, Esquerra Republicana, PDeCAT, Compromís y EH-Bildu.