En febrero y marzo es normal encontrarse estas peligrosas orugas. | R.L.

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La procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) ha vuelto a activar las alarmas en España, especialmente en Mallorca, donde su presencia supone un riesgo significativo tanto para humanos como para mascotas. Cada ejemplar porta aproximadamente 500.000 pelos urticantes, capaces de desencadenar desde leves reacciones cutáneas hasta graves problemas respiratorios.

Las reacciones más comunes incluyen urticaria inmediata, picor intenso y aparición de habones en zonas expuestas como brazos, cara y piernas. Los casos más graves pueden derivar en anafilaxia, una reacción alérgica severa que requiere atención médica urgente. Los síntomas de alarma incluyen inflamación facial, urticaria generalizada y dificultad respiratoria.

En el caso de las mascotas, especialmente los perros, el contacto directo puede resultar fatal. La ingestión de estas orugas puede provocar necrosis en lengua o garganta, pudiendo causar la muerte si no se actúa con rapidez.

Métodos de prevención y control

Los especialistas recomiendan diversos métodos de control según la época del año:

- Otoño: Inyecciones de baja presión en el tronco con insecticida.
- Primavera: Instalación de anillos protectores.
- Verano: Monitorización mediante feromonas.

Aunque la procesionaria raramente causa la muerte de los pinos, sí provoca su debilitamiento mediante defoliación. Como medida complementaria, se fomenta la presencia de aves insectívoras mediante la instalación de cajas nido, ya que actúan como depredadores naturales de esta plaga.

En caso de contacto, se recomienda:

1. Aplicar agua fría inmediatamente en la zona afectada
2. Retirar cualquier pelo urticante visible
3. Considerar el uso de antihistamínicos para el picor
4. Buscar atención médica urgente ante síntomas graves