Mucha gente se ve ante la situación de preparar la cena en el último momento. | Freepik

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La víspera de Navidad puede convertirse en un desafío logístico, especialmente cuando los preparativos se dejan para el último momento. Sin embargo, con una planificación adecuada y algunos consejos prácticos, es posible organizar una cena de Nochebuena memorable sin caer en el estrés.

Lo primero es revisar el menú previsto, asegurándose de que todos los platos y bebidas estén contemplados y que no falte ningún elemento esencial, como servilletas o cubiertos adicionales. Elaborar una lista detallada de lo necesario facilitará las compras de última hora y evitará olvidos.

En cuanto a las compras, es recomendable realizarlas con al menos 48 horas de antelación. La mayoría de los productos frescos se conservan en óptimas condiciones en el refrigerador durante este período. El pan es una excepción, por lo que conviene encargarlo para el mismo día de la cena, garantizando su frescura.

Es fundamental inspeccionar la vajilla, cristalería, cubertería y mantelería que se utilizará durante la cena. Dado que estos elementos suelen emplearse en ocasiones especiales, es posible que acumulen polvo o presenten desperfectos. Revisarlos con tiempo permite limpiarlos adecuadamente y asegurarse de que todo esté en perfecto estado para los invitados.

Si se cuenta con alimentos congelados, es esencial trasladarlos al refrigerador con suficiente antelación para una descongelación segura y uniforme. Este proceso gradual, que puede iniciarse hasta 48 horas antes, preserva la calidad de los alimentos y evita riesgos sanitarios.

Algunos platos, como marinados, escabeches o rellenos, mejoran su sabor con el reposo. Prepararlos uno o dos días antes no solo intensifica sus cualidades gustativas, sino que también reduce la carga de trabajo el día de la cena. Asimismo, guisos y platos de cuchara suelen ganar en sabor tras reposar, por lo que cocinarlos con antelación es una estrategia eficaz.

La decoración de la mesa es otro aspecto a considerar. Optar por una estética sencilla y elegante, utilizando elementos naturales como ramas de pino o velas, crea un ambiente acogedor sin requerir demasiado tiempo. Preparar la mesa la noche anterior puede aliviar la presión el día de Nochebuena.