Monta el árbol de Navidad ideal con esta guía paso a paso

El primer paso consiste en seleccionar la ubicación ideal para el árbol. Debe situarse en un espacio visible, preferiblemente en el salón, evitando áreas de paso o cercanas a fuentes de calor que puedan afectar su integridad. Una vez elegido el lugar, es fundamental montar correctamente la estructura del árbol, especialmente si es artificial. Desplegar las ramas de manera uniforme, rellenando posibles huecos, proporcionará una apariencia más natural y frondosa.

La iluminación es esencial para realzar la belleza del árbol. Se recomienda colocar las luces en primer lugar, antes de cualquier otro adorno. Iniciando desde la base y ascendiendo en espiral hacia la punta, las luces deben distribuirse tanto en el interior como en el exterior de las ramas para lograr una iluminación equilibrada y profunda. Este método asegura que el árbol brille de manera uniforme, creando un ambiente acogedor.

Tras la instalación de las luces, es momento de añadir guirnaldas o cintas decorativas. Estas deben colocarse con delicadeza, evitando sobrecargar el árbol, y procurando que complementen la paleta de colores elegida. Las guirnaldas aportan textura y volumen, y su correcta disposición contribuye a la cohesión visual del conjunto.

La colocación de los adornos es una etapa crucial. Se aconseja comenzar con los elementos de mayor tamaño, ubicándolos en las zonas más visibles y equilibrando su distribución alrededor del árbol. Posteriormente, se incorporan los adornos más pequeños para rellenar espacios y añadir detalles. Optar por una gama cromática coherente y evitar la saturación de colores garantiza una estética elegante y sofisticada.

El toque final lo proporciona el adorno superior, tradicionalmente una estrella o un ángel, que simboliza la culminación del esfuerzo decorativo. Una vez completada la decoración, es recomendable observar el árbol desde diferentes ángulos, realizando ajustes necesarios para asegurar la armonía y balance visual.