El frío extremo y la baja humedad son protagonistas en la aparición de la sequedad nasal. En esta estación, la calefacción se convierte en una necesidad dentro de los hogares y oficinas, pero su uso prolongado reduce la humedad en el ambiente, provocando deshidratación en las mucosas nasales. Además, los cambios bruscos de temperatura, frecuentes al salir de espacios cerrados a exteriores fríos, alteran el equilibrio de la piel nasal, haciéndola más vulnerable.
Otros factores incluyen el uso frecuente de pañuelos debido a resfriados o alergias, lo que agrava la irritación. Tanto los pañuelos de tela como los de papel pueden erosionar la delicada piel de la nariz si se utilizan en exceso. Asimismo, la exposición a agentes irritantes como el humo, la contaminación o el cloro de las piscinas también puede resecar la zona y empeorar los síntomas.
Combatir la sequedad nasal requiere medidas preventivas y correctivas. La hidratación adecuada es esencial, tanto interna como externa. Beber suficiente agua durante el día mantiene el organismo y la mucosa nasal hidratados. A nivel externo, el uso de soluciones salinas, como el suero fisiológico o agua de mar, ayuda a limpiar y humedecer la zona, eliminando las impurezas que contribuyen a la irritación.
Otra herramienta útil en invierno son los humidificadores. Estos dispositivos mantienen una humedad óptima en el ambiente, contrarrestando los efectos resecos de la calefacción. Aplicar bálsamos específicos para nariz y labios también puede ser beneficioso, ya que hidratan y regeneran la piel dañada, aliviando las molestias y favoreciendo la cicatrización.
Es importante evitar tocarse o rascarse la nariz para no agravar el problema ni causar heridas. En casos de sequedad severa, optar por productos regenerativos y protectores diseñados para la zona nasal puede acelerar la recuperación.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
De momento no hay comentarios.