Mantén la limpieza y el orden
La limpieza regular es clave para evitar que las polillas entren y se instalen en tu hogar. Vacía y limpia los armarios y despensas con frecuencia, eliminando posibles restos de alimentos o partículas de polvo que puedan atraerlas. En la cocina, guarda los alimentos secos, como harinas, cereales y pastas, en recipientes herméticos de vidrio o plástico. Esto impedirá que las polillas tengan acceso a su comida preferida.
Usa remedios naturales como repelentes
Existen productos naturales que puedes utilizar para mantener las polillas a raya. Las hojas de laurel, la lavanda, los clavos de olor y el cedro son conocidos por su capacidad para ahuyentar a estos insectos gracias a sus aromas. Puedes colocar bolsitas con estos ingredientes en los armarios o despensas para crear una barrera natural. Los aceites esenciales de lavanda o cedro también pueden ser efectivos si se aplican en pequeñas cantidades sobre la ropa o muebles.
Revisa la ropa y los textiles regularmente
Las polillas se sienten especialmente atraídas por los tejidos naturales como lana, algodón o seda. Por ello, es recomendable revisar las prendas que no uses con frecuencia, como abrigos o ropa de temporada. Lávalas o llévalas a la tintorería antes de guardarlas y colócalas en bolsas selladas al vacío para protegerlas durante su almacenamiento.
Inspecciona puertas y ventanas
Las polillas pueden entrar en casa a través de pequeñas aberturas en ventanas y puertas. Inspecciona estos puntos de acceso y asegúrate de que estén bien sellados. Las mallas o mosquiteras en ventanas son una solución efectiva para evitar que estos insectos ingresen en el hogar.
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Cerrando las ventanas
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