Una mano infectada con impétigo. | Freepik

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El impétigo es una infección bacteriana de la piel altamente contagiosa que afecta principalmente a niños, aunque puede afectar a personas de cualquier edad. Causada por bacterias como el Staphylococcus aureus o el Streptococcus pyogenes, se manifiesta en forma de pequeñas ampollas o llagas que suelen aparecer alrededor de la boca, nariz y extremidades.

Esta enfermedad se transmite fácilmente a través del contacto directo con las lesiones infectadas o al compartir objetos como toallas o juguetes. El impétigo es particularmente común en entornos escolares y guarderías, donde el contacto cercano facilita su propagación.

El brote reciente en Baleares ha encendido las alarmas, con un aumento significativo de casos entre la población infantil. Aunque no es una enfermedad grave, si no se trata, el impétigo puede complicarse, extendiéndose a otras partes del cuerpo o provocando infecciones más profundas.

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El tratamiento del impétigo generalmente incluye el uso de antibióticos, que pueden ser tópicos (cremas) o en forma de pastillas, dependiendo de la severidad del caso. También es importante mantener una buena higiene y evitar rascarse las lesiones para no empeorar la infección ni propagarla a otras personas.

Para prevenir la infección, se recomienda lavar regularmente las manos, desinfectar las áreas afectadas y no compartir objetos personales. Además, los niños infectados deben evitar el contacto con otros hasta que las llagas hayan cicatrizado completamente para evitar contagios.

Con el reciente aumento de casos en Baleares, es crucial que los padres y cuidadores estén atentos a los primeros signos de impétigo y busquen tratamiento médico adecuado. La rápida identificación y tratamiento de esta infección es clave para frenar su propagación y evitar complicaciones.