Este pequeño animal, bastante común en el Mediterráneo, concretamente en la zona de baño de las playas, se trata de un pez que se caracteriza, principalmente, por dos rasgos distintivos: su actitud valiente y defensiva y su mandíbula oculta repleta de poderosos dientes, el cual usa para alimentarse de pequeños moluscos que habitan su zona. Y es que, si te encuentras con uno de estos pequeños en la playa, lo más probable es que, a diferencia de otros peces que huyen cuando detectan a los humanos, el pez ballesta ni se inmute e incluso comience a nadar cerca tuyo. Sin embargo, cabe remarcar que esto no lo hace porque disfrute de la compañía humana, sino porque no le tienen miedo a nada y, en el caso de sentirse amenazados, no dudarán en descubrir sus dientes ocultos y morder con fuerza.
Por fortuna, su mordedura, a pesar de llegar a ser dolorosa dependiendo de la zona donde la efectúa, no contiene ningún tóxico ni veneno, por lo que lo máximo que nos puede quedar es un recuerdo del encuentro en forma de herida. Por el lado contrario, el pez ballesta no tardará en recuperarse de su ataque, pues, al igual que ocurre con los tiburones, sus dientes se encuentran en continuo crecimiento, puesto que son imprescindibles para romper las conchas y caparazones de sus presas. De hecho, precisamente por eso son tan difíciles de pescar, ya que les resulta muy sencillo romper el hilo de una mordida.
Sin embargo, a pesar de su implacable defensa y su poco atractivo pesquero, el pez ballesta se encuentra dentro de la lista de especies «vulnerables» según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) desde 2011 y, según los últimos informes que aporta la institución, su número no deja de disminuir. Esta información es especialmente relevante en verano, cuando comienza su periodo de reproducción y las hembras comienzan a poner sus crías. Así, si ves uno de estos ejemplares durante un chapuzón casual en la costa, recuerda dejarlo seguir su curso y, a ser posible, no molestarlo, puesto que no solo se trata de una especie que debemos proteger, sino que también podrías llevarte un buen mordisco que te dolerá el resto de tu día de playa.
2 comentarios
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Este pez es nuestro surer de toda la vida, pero el de la foto es una variedad de otros mares. Me extraña que esté catalogado como "vulnerable" dada su abundancia en nuestras aguas, donde se pesca en abundancia por su exquisita carne.
Espectacular!!! Gracias Suerte que bajo el mar no tenemos a los que alimentan colonias de bichos...ya me los imagino alimentando colonias de tiburones (pobrecitos) que dejarían limpio de todo bicho viviente su entorno y que en poco tiempo darían buena cuenta de estos peces ballesta llevándolos a la extinción segura!