En la constante búsqueda de estrategias alimenticias para mejorar la salud, un reciente estudio ha arrojado luz sobre un alimento común y accesible: las sardinas en lata. Investigaciones realizadas por un equipo de científicos en España sugieren que el consumo regular de este pescado podría ser una táctica efectiva en la prevención de la diabetes tipo 2, especialmente en personas mayores con prediabetes.
El estudio, llevado a cabo por el grupo Idibaps del Hospital Clínic de Barcelona, contó con la participación de 152 pacientes de más de 65 años con prediabetes. Los participantes se dividieron en dos grupos: un grupo de control y un grupo de intervención, este último consumiendo 200 gramos de sardinas en lata (aproximadamente dos latas) semanalmente. Se aconsejó consumir las sardinas enteras, incluyendo el esqueleto, por su alto contenido en calcio y vitamina D.
Los resultados del estudio, publicados en la revista Clinical Nutrition, fueron notables. Al inicio, un 27% de los participantes en el grupo de control tenían un riesgo muy alto de desarrollar diabetes, cifra que solo disminuyó al 22% después de un año. En contraste, en el grupo que consumió sardinas, el riesgo alto de desarrollar diabetes disminuyó del 37% al 8%. Además, se observaron mejoras en la resistencia a la insulina, aumento del colesterol bueno, y reducciones en los niveles de triglicéridos y presión arterial.
Las sardinas son ricas en nutrientes como la taurina, omega 3, calcio, y vitamina D. Estos componentes juegan un papel vital en la regulación del metabolismo de la glucosa y en la mejora de la salud cardiovascular. El estudio enfatiza que el consumo de este pescado, en lugar de tomar estos nutrientes como suplementos, es más beneficioso debido a la acción sinérgica entre ellos y la matriz alimentaria que los contiene.
Para aquellos interesados en incorporar sardinas en lata a su dieta, es importante seleccionar productos con un buen perfil nutricional. Se recomienda elegir opciones con bajo contenido en grasa total (no más del 16%), grasas saturadas limitadas (no más de 1,5%), y una cantidad moderada de sodio. Además, se sugiere que al menos el 55% del contenido de la lata sea pescado.
Este estudio aporta un enfoque novedoso y accesible en la prevención de la diabetes tipo 2. El consumo regular de sardinas en lata, un alimento económico y fácil de encontrar, no solo ofrece beneficios nutricionales sino también un potencial protector significativo contra esta enfermedad crónica. Sin embargo, es importante recordar que una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable son fundamentales para la prevención y manejo de la diabetes.
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