¿Miedo a conducir? Conoce los síntomas de bloqueo al ponerte al volante

Lo que piensas

El primer pilar del miedo a conducir reside en nuestras propias creencias y pensamientos negativos sobre nuestras habilidades al volante. El temor a no saber cómo reaccionar ante una situación imprevista es común entre las personas con amaxofobia. Este miedo al «qué pasará si…» puede ser paralizante e incrementar nuestra sensación de inseguridad.

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Lo que sientes

La segunda base de la amaxofobia son los sentimientos que nos provoca la idea de conducir. Nerviosismo, ansiedad, malestar, taquicardias y sudores son algunas de las respuestas físicas y emocionales que pueden manifestarse. Estas sensaciones, lejos de ayudarnos, intensifican nuestro temor y nos hacen sentir aún más incapaces de afrontar la situación.

Lo que haces

El último pilar de la amaxofobia es nuestra reacción ante los dos primeros. En la mayoría de los casos, las personas que temen conducir eligen evitar la situación que les genera malestar. De este modo, se entra en un círculo vicioso: cuanto más evitamos conducir, más crece nuestro miedo y, a su vez, más necesitamos evitarlo.

Pero, ¿cómo romper este círculo? Hay que enfrentarnos a nuestros miedos de manera progresiva. Conducir en entornos controlados y seguros, trabajar en nuestras respuestas de ansiedad y desafiar nuestros pensamientos negativos. Si el miedo a conducir es muy intenso o impide llevar una vida normal, puede ser útil acudir a un profesional de la salud mental. Con la terapia adecuada, es posible desmontar los tres pilares de la amaxofobia y recuperar la confianza al volante.