16/01/22 4:00
«Per Nadal, una passa de pardal; per Sant Antoni, una passa de dimoni». Para hablar del tiempo y la progresiva luz del día que nos lleva del invierno a la primavera, utilizamos pajaritos y demonios. Estos últimos tienen las zancadas largas. La construcción es lenta y la destrucción suele andar con prisa, una prisa de mil demonios. Impresiona ver lo ocurrido en Brasil, donde a unos turistas que visitan con lanchas un paradisíaco lugar, se les cae un trozo de acantilado encima. Sin tiempo de reaccionar. La naturaleza es indiferente al dolor. Estaban allí en el momento y lugar fatídicos. Del paraíso al infierno en cuestión de segundos. Me pregunto si vivimos momentos de construcción o de destrucción.