La frase es de Giacomo Leopardi: «No temas a la prisión, ni a la pobreza, ni a la muerte. Teme al miedo». Giacomo Leopardi fue un escritor y filósofo del Romanticismo italiano, de salud endeble y pensamiento pesimista, cuya obra influyó mucho en escritores del siglo pasado. Pero la idea es esta: miedo al miedo. Podría decirse de otra manera: quien no tiene miedo que tire la primera piedra. Dicen que el miedo es una defensa del organismo humano, de modo que nadie está libre de pecado. Y lo del pecado debe de ser puro miedo. Ya los egipcios fundaron toda una civilización en torno al miedo a la muerte, si puede decirse de esta manera. Creían que su ka –su alma- renacería como el sol cada mañana después de la muerte y para ello preservaban las momias y construían tumbas monumentales, repletas de riquezas para la otra vida, que han perdurado hasta nuestros días. En cambio el pueblo hebreo, que durante muchos años se alojó en Egipto, tenía un solo dios, pero también creía en la existencia de otra vida con la que superar el miedo a la muerte. Resulta evidente que todas las culturas se han influido mutuamente, y seguramente también todas las religiones. Todas se basan en el miedo a lo desconocido. Nadie sabe de dónde venimos ni adónde vamos, y esta incertidumbre es la que produce el miedo. Si los egipcios hubieran sabido que el Sol es un astro y que la Tierra gira en torno a él, no creo que lo hubieran elevado a la categoría de dios, igual que hacían con el faraón, que en definitiva era un hombre más listo que los demás.
Les coses senzilles
Miedo al miedo
30/03/15 0:00
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