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El comercio representa una de las actividades de mayor peso en la economía insular, y es responsable de un gran volumen de pequeños empresarios, autónomos y trabajadores. La reducción del consumo afecta muy directamente a un sector que ha vivido una gran transformación en los últimos años, que lo ha impulsado a nuevas iniciativas. De la mano de la colaboración se han desarrollado algunas experiencias positivas, con los centros comerciales abiertos, que han animado a muchos comerciantes a apostar por la innovación, la calidad y el servicio. Sin duda, hace falta imaginación e iniciativa para llevar a cabo acciones que animen el consumo y sobre todo que ayuden a valorar el comercio local. Ya no se trata de un acto de apoyo porque son empresarios de la Isla en momentos difíciles, sino porque en muchos casos han optado por la especialización y han sabido aprovechar las nuevas tendencias para ofrecer mercancías y servicio de calidad. Además, el comercio de productos propios de la Isla tiene un valor añadido por su efecto multiplicador de la actividad económica. El descenso de consumo ha adelantado las rebajas en el ámbito de una nueva normativa que liberaliza la actividad en materia de horarios y ofertas.