Augusto Miranda Godoy. Comandante militar de la Estación Naval de la isla del Corregidor, Filipinas 1898 - (Foto familia Antón Miranda)

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Es interesante la lectura de la biografía que su descendiente Jaime Antón Villacasillas le ha dedicado al insigne marino. Han pasado generaciones, pero su memoria continúa presente ante todas ellas. El almirante dejó huella.

Nació en la casa paterna de la plaza de la Victoria en la villa malagueña de Archidona, un floreado 27 de mayo de 1855, durante el reinado de la reina Isabel II. Descendía de una familia distinguida, de hidalguía probada por ambas ramas familiares, que emparentaron sucesivas veces entre sí por diversas ramificaciones, y cuya vinculación a la villa Archidona se remonta a los inicios del siglo XVI.

Jaime Antón, rebuscó entre archivos hasta encontrar lo que se cuenta de los primeros Miranda, establecidos en el lugar a finales del siglo XV, con ocasión de la conquista de Granada, siendo terratenientes por muchas generaciones y durante más de cinco siglos hasta la actualidad. Es probable, pues, que esos antepasados fuesen militares de graduación que participasen en la reconquista del último territorio bastión del Islam en España que con gran determinación, alcanzaron los Reyes Católicos en 1492. Sa cosa ve de enfora.

Fueron sus padres, José Luciano Miranda y Almohalla, médico cirujano y ginecólogo; y Juana Godoy Alcántara, perteneciente a una ilustre familia de la ciudad que lo vio nacer. El matrimonio tuvo tres hijos: Luciano, también fue marino; Francisco, que falleció siendo niño; y nuestro biografiado, Augusto.

Varios de sus familiares próximos de Augusto, que a lo largo del siglo XIX, todos ellos naturales de Archidona, alcanzaron en sus respectivos ámbitos una destacada notoriedad, que les permite tener hoy su sitio en los anales de la Historia. Entre ellos, sus tíos abuelos, los influyentes canónigos y políticos José Alcántara Navarro ( 1787-1848) y Antonio Alcántara Navarro; su tío carnal, el prestigioso filólogo e historiador José Godoy Alcántara ( 1825-1875), que sería doblemente académico numerario de la Lengua y de la Historia; sus tíos segundos, los también académicos Emilio Lafuente Alcántara ( 1825-1868) que aportaron grandes aclaraciones sobre la cultura árabe en España; su primo segundo, el abogado y alcalde de Archidona Eugenio Lafuente Valverde ( 1846-1917) que sobresalió como polifacético escritor, pintor y compositor; y sus también tíos segundos los destacados generales del Ejército José Alcántara Pérez ( 1834-1898) y Rafael Alcántara Perez (1839-1896).

En el ámbito familiar propio, Augusto Miranda fue también un hombre prolífico. Se casó en dos ocasiones y tuvo un total de diez hijos, seis mujeres y cuatro varones; treinta y cuatro nietos (17 mujeres y 17 varones). El número de biznietos asciende a 130, y actualmente ya descienden de él tataranietos e incluso segundos tataranietos, por lo que se trata de una estirpe numerosa.

Tras cursar los primeros estudios en el prestigioso colegio de los escolapios de su ciudad, muy jóvenes su hermano Luciano y él decidieron hacer de la Armada su profesión ingresando juntos por oposición respectivamente con los números dos y tres, siendo nombrados aspirantes por Real Orden el 11 de enero de 1871, formando parte de la primera promoción de la Escuela Naval Flotante, habilitada a bordo de la fragata Asturias, con base en Ferrol, y cuyo director era el laureado capitán de navío don Victoriano Sánchez y Barcaiztegui, héroe de El Callao (2 de mayo 1866). Finalizarían ambos su carrera con los números uno y tres, respectivamente, obteniendo el despacho de alférez de navío del Cuerpo General de la Armada el 27 de mayo de 1876. Pocos años después, Augusto Miranda se situaría a la cabeza del escalafón con el número uno, posición que mantendría durante toda su carrera y que con el tiempo le convertiría en el primer antiguo alumno de la Flotante en alcanzar el almirantazgo.

Tras terminar sus estudios en el Asturias fue nombrado guardia marina de 2ª clase el 16 de abril de 1872 embarcando en la fragata Victoria, que al poco tiempo se incorpora en Barcelona a la escuadra, realizando un crucero por España, con objeto de conducir a S. M. el Rey don Amadeo I. Posteriormente en la fragata Concepción realiza un viaje de instrucción alrededor de las Filipinas. A finales de 1874 destinado a la escuadra de Operaciones del Cantábrico, tomó parte en diversas acciones durante la III Guerra Civil Carlista. Tras numerosos embarques fue promovido a guardia marina de 1ª clase el 16 de julio de 1875.

Con el empleo de alférez y teniente de navío estuvo embarcado en diversos buques, surcando prácticamente todos los mares del mundo., tomando parte activa en acciones de guerra contra fuerzas insurrectas en Cuba durante la campaña de 1876. Fue oficial de derrota y profesor de guardias marinas de la fragata Carmen y Blanca, y segundo comandante del vapor Vulcano y del cañonero Pilar.

Gracias al trabajo de investigación de su descendiente Jaime Antón, llega mucho más allá, encontrándose con estudios de los más diversos campos del saber, desde muy pronto realizó investigaciones científicas, siendo autorizado por Real Orden de 1 de junio de 1878 para construir una corredera electromecánica en Cádiz, para su aplicación a los buques, que había diseñado y presentado a las autoridades desempeñando esta comisión varios meses.

El infatigable Augusto Miranda, fue profesor de la Escuela Naval y autor de libros científicos entre 1883 y 1888, entre ellos destaca la diversidad de las disciplinas en la escuela Naval Flotante, publicando sus dos mejores obras científicas, los libros "Lecciones de Cálculo infinitesimal" y "Principios generales de mecánica", ambos declarados oficialmente de texto en la escuela Naval (Reales ordenes de 23 de marzo de 1887 y 14 de julio de 1888). Serían, asimismo, premiados por la Academia de Ciencias de París, y adoptados como manuales de texto, de estudio y consulta en varias academias militares de América, y en otros centros docentes de España y del extranjero.

Al cesar en su cargo docente en la escuela y pasar a petición propia a situación de supernumerario, estableció en el mismo Ferrol, con los también oficiales don Venancio Pérez Machado y don Ramón Estrada. El Colegio de la Marina, academia preparatoria de ingreso a los ejércitos, por la que pasaron casi en su totalidad más de diez promociones de futuros oficiales de la Armada, de manera que hubo una época en que la mayoría de sus subordinados habían sido alumnos suyos en la escuela o en el Colegio, circunstancia que influyó no poco en la autoridad que nadie le discutía, ni sotto voce en sus mandos de buques.

Vuelto al servicio activo, en noviembre de 1891 pasó destinado a la Secretaria de la Comandancia General del Arsenal del Ferrol; en abril de 1892 fue nombrado segundo comandante del cañonero torpedero rápido Vicente Yánez Pinzón; en noviembre ese año pasó destinado como profesor de la Academia de Maquinistas y sin perjuicio de este destino pasó a ocuparse de nuevo de la Secretaria del almirante del Arsenal, en septiembre de este año pasó a ser comandante interino del crucero torpedero rápido Galicia, volviendo después al puesto de profesor de la Academia de Maquinistas de Ferrol
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