Los movimientos que está protagonizando Vox-Baleares son observados con asombro por la mayoría de ciudadanos. Atónitos, se preguntan cómo es posible que, al cumplirse los cien primeros días de gestión del Govern Marga Prohens, se produzcan unos encontronazos con el Partido Popular de tal calibre que han paralizado la tramitación de los Presupuestos de la Comunidad Autónoma para el 2024. Al rechazar, los ocho diputados de Abascal el techo de gasto bloquearon las cuentas autonómicas del próximo año.
El origen de esta crisis lo hallamos en la cuestión lingüística. Concretamente, en la libre elección de lengua en todas las etapas educativas entre catalán y castellano a partir de 2025. La abstención del PP impidió que prosperase la proposición de Vox para exigir la aplicación de esta medida, sin tener en cuenta ni el procedimiento ni los recursos necesarios. La portavoz de Vox, Idoia Ribas, tensó ayer más la cuerda al culpar al conseller de Educación, Antoni Vera, de la crisis creada por ellos mismos y afirmar que no se fían de el. Una crisis que ya se ha cobrado dos víctimas: el diputado Xisco Cardona y la coordinadora del grupo parlamentario, Carla Sarabia. Mientras Vox sigue enrocado en sus divisiones y se desangra con sus rebeliones, el PSOE ofrece su abstención para aprobar el techo de gasto. Un esperpento que no se merecen los ciudadanos de Balears.