En Menorca, a lo largo del año se ejercen diversos tipos de pesquerías con artes menores, de los cuales el más conocido es la pesca de langosta roja con trasmallo, practicada entre abril y agosto, y que proporciona la fama y el sello de identidad gastronómica que ostenta la isla desde hace años.
La langosta europea o “llagosta vermella” como la llaman aquí es, junto a la langosta mora y el bogavante, el crustáceo de mayor tamaño presente en el mar Mediterráneo. Actualmente, dicha especie está incluida en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) bajo la categoría de especie vulnerable. Dicha calificación comporta que su explotación pesquera pueda ser objeto de medidas de gestión encaminadas a asegurar la sostenibilidad, tanto de las poblaciones de langosta como del propio sector que vive de su pesca.
Debido a la gran importancia socio-económica que tiene la pesca de la langosta en la isla de Menorca, el Centro Oceanográfico de Baleares inició a finales de los años 90 algunos estudios dirigidos a mejorar el escaso conocimiento científico que sobre la especie se tenía en esa época. Desde entonces, se han realizado en Menorca diversos proyectos de investigación científica relacionados con la langosta roja y dirigidos a aportar conocimiento tanto sobre su biología y ecología (distribución espacial, abundancia, demografía y supervivencia) como relacionados con su explotación pesquera (selectividad de los distintos tipos de redes utilizadas y reducción de los impactos potenciales sobre fondos sensibles).
El ciclo biológico de la especie consta de dos etapas claramente diferenciadas, una fase larvaria pelágica que se desarrolla en el plancton y una fase bentónica formada por los juveniles y los adultos que tiene lugar en el fondo. El paso de la fase larvaria procedente del plancton a su deposición en el fondo se denomina asentamiento.
La langosta roja es una especie longeva y de crecimiento lento, alcanza la madurez sexual a los cuatro años pudiendo llegar a superar los 20 años de vida. Como todos los crustáceos crece mediante mudas, de varias mudas al año en los juveniles, a una o ninguna en los adultos más viejos. Los machos crecen más rápido y alcanzan mayor talla que las hembras.
A partir del año 2010, con la creación de la Estación de Investigación Jaume Ferrer, se llevan a cabo dos programas de seguimiento relacionados con esta especie: el de la pesca con artes menores, a fin de establecer los rendimientos de esta pesquería y determinar la evolución de las principales especies explotadas, y el programa de asentamiento de juveniles de langosta, que permite estudiar la ecología larvaria de la especie y realizar predicciones de capturas de ejemplares adultos a tres o cuatro años vista. Estos programas de seguimiento aportan conocimiento científico sobre el ciclo vital de la langosta, así como de los fondos marinos del litoral menorquín en los que se encuentra, con vistas a la conservación del mar, sus ecosistemas y sus recursos vivos. Esto es especialmente relevante en el caso de Menorca y de la reciente ampliación de la parte marina de la Reserva de Biosfera.
Dra. Sandra Mallol
Responsable del Programa de Seguimiento Científico de la Pesca con Artes Menores.
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