Pasajeros en una de las paradas de la Vía Perimetral | Josep Bagur Gomila

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Muchos alumnos de Bachillerato optaron este jueves por caminar desde la zona de institutos de Bintalfa hasta la estación de autobuses en Maó para no perder el enlace con el bus de regreso a sus respectivos municipios. En el caso de Ciutadella, más de una hora antes de que partiera el autobús de servicios mínimos, a las 15.05, ya había una larga cola de viajeros, estudiantes sobre todo, que no querían quedarse en tierra.

Los viajeros se armaron de paciencia y soportaron largas esperas en las paradas para realizar sus trayectos cotidianos. Fue el resultado de la segunda jornada de huelga en el transporte de viajeros en autobús, que por lo demás se desarrolló ayer sin incidentes y con el cumplimiento de los servicios mínimos en las líneas que unen Maó con Es Castell, Sant Lluís y Alaior (L02, L03 y L73), que funcionaron al 30 por ciento, y también en expediciones del servicio entre Maó y Ciutadella (L01), ya que algunos conductores asignados a esta ruta se sumaron al paro, que se repetirá este viernes, secundado por Comisiones Obreras (CCOO) y el Sindicat Autònom de Transports de les Illes (SATI) y del que se ha desmarcado UGT.

El seguimiento de la huelga en la jornada de ayer se mantuvo  alto –algunos chóferes lo cifraban entre un 70 y un 80 por ciento–, pese a la ruptura de la unidad sindical, una situación que generó el desconcierto de algunos trabajadores disconformes con la negociación que se desarrolla en el ámbito estatal. Como en la anterior jornada de paro, el 28 de octubre, un bus lanzadera de la L18, que une Maó y los institutos en Bintalfa, llegó a la estación aunque no se habían establecido servicios mínimos para esa ruta, y pudo realizar alguna salida a lo largo de la mañana, esta vez sin piquetes que se lo impidieran.

CCOO mantiene la llamada a la huelga para este viernes y una concentración que está prevista para las 12.30 horas frente a la sede de la Dirección Insular de la Administración General del Estado.

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Servicios mínimos

En los andenes de la estación de Maó se apagaron las pantallas y se colgaron carteles informativos con los horarios de los servicios mínimos. Para L10 que une Maó con el aeropuerto, que cubre la empresa Autocares Torres, se fijaron servicios mínimos del 40 por ciento pero al mediodía los autobuses que realizan esa ruta llegaban a la estación con la frecuencia normal. Fuentes de Movilidad indicaron que en la empresa no se secundó la huelga.

Según su secretario general en Menorca, Antonio Soria, «no se ha conseguido nada» en la negociación con la patronal, mientras que UGT mantiene que hay un preacuerdo con Confebus y Anetra para empezar a negociar los coeficientes reductores, que deberán asumir las empresas para la jubilación anticipada sin penalizar de los chóferes.

Este preacuerdo ha hecho que UGT se descuelgue de la llamada a la huelga, que no puede desconvocar en solitario ya que se presentó de manera conjunta con el resto de sindicatos, y eso puede restar repercusión a la movilización de los conductores. El escollo está el coste de esa jubilación a los 60 años sin penalizar, en quién lo asume y en fijar  un plazo inmediato para reclamar los coeficientes correctores a la Seguridad Social.

En el transporte de mercancías se pactó pedir la compensación del incremento en la cotización que conllevaría para las empresas con una disminución de la actual cotización por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales del colectivo.

El apunte

Faltan conductores, el sector afronta la falta de relevo generacional

El retiro anticipado de los conductores de autobuses, sin que se les penalice en la pensión, no solo tiene un coste económico que está en el meollo de la negociación entre sindicatos y patronales, sino que pone contra las cuerdas a un sector que no cuenta con relevo generacional. «No solo es un problema aquí, es nacional y europeo», afirma Joaquim Bisbal, presidente de la Asociación de Empresas de Transporte de Menorca. La jubilación temprana de los chóferes sin tener un remplazo de profesionales jóvenes supone un problema para completar plantillas. La media de edad en las empresas de transporte de la Isla ronda e incluso supera los 50 años.

El primer obstáculo para contar con más profesionales es el alto precio del carné, «si te va bien puede suponer entre 3.000 y 4.000 euros», afirma el directivo de la patronal menorquina, a lo que se suma la necesidad de un Certificado de Aptitud Profesional (CAP). «Por eso pedimos a la Administración que dé ayudas y ofrezca esta formación», señala.