Espectacular escenario. La música de la orquesta menorquina sonó en el anfiteatro romano de la ciudad, Patrimonio de la Humanidad desde 1979 | KHALED ELHAJ

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En sus algo más de dos décadas de historia la Orquestra de Cambra Illa de Menorca (OCIM) solo había abandonado la Isla para ofrecer conciertos en Palma y Barcelona. Una trayectoria artística que el miércoles amplió sus fronteras con el viaje a Túnez para participar en el Festival de Música Sinfónica de El Djem, donde protagonizó su exitoso debut internacional ante las cerca de 500 personas que asistieron a su concierto en anfiteatro romano de la ciudad africana.

Un escenario de lujo, en excelente estado de conservación y declarado Patrimonio de la Humanidad en 1979, donde los músicos de la OCIM interpretaron su repertorio. En la primera parte se decantaron por partituras de Mozart y Toldrá, mientras que en la segunda el protagonismo recayó en las melodías de Ives, Glass y Wagner.

Por exigencias del festival, la orquesta menorquina viajó con un formato reducido, 24 músicos (cuerda y viento), entre ellos incluido el director Francesc Prat, que a partir de ahora se encargará de llevar la parte artística de la agrupación.

Fuentes de la OCIM apuntan que el concierto ofrecido en Túnez en un festival tan prestigioso, y con 35 ediciones a sus espaldas, supone «un magnífico trampolín» para la proyección internacional de la orquesta.

Cabe destacar que en el concierto se contó con la presencia de Lluc Silvestre en representación del Institut Ramon Llull y del embajador de España en Túnez, Guillermo Ardizone. Este último, según explica la presidenta de la OCIM, Esther Pons Barro, se mostró muy interesado por conocer la historia de la formación menorquina y manifestó «su deseo» de que vuelvan a visitar el país norteafricano. A juicio de Pons, la experiencia vivida en El Djem «ha sido mágica y realmente interesante».