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Muchos de ustedes habrán jugado en alguna ocasión a la Jenga, un pasatiempo en el que ir quitando fichas de la base para colocarlas en la parte superior sin provocar el hundimiento de la torre. Quien la tumba, pierde. No hay duda de que cuanto más asegurada esté la base, mayor protección otorgamos a la torre. Y desestabilizarla supone que más pronto que tarde acabará desmoronándose. Imagínese que esta columna es usted, sus inmuebles, su actividad económica o su empresa. ¿De qué nos sirve ir creciendo si no disponemos de una buena protección? ¿O qué pasaría si se produjese un riesgo que nos hiciera tambalear toda la estructura y sin tener una base consolidada?