Si bien ahora es feliz y se siente orgullosa de ella misma y más fuerte que nunca, no ha sido precisamente un camino de rosas el de la menorquina, Nerea Pons, asesora nutricional, entrenadora personal, ‘Life Coach' y, en su día, reconocida culturista a nivel nacional. Sin fundamento a nivel emocional y con la autoestima por los suelos, Pons se refugió en la alta competición para camuflar estos déficit y sentirse bien, ‘de cara a la galería'. Sin embargo, este éxtasis competitivo y este siempre querer más en el culturismo se acabarían traduciendo en fracaso y decepción, hasta el punto de acabar con depresión y todo tipo de problemas de salud, asociados a la alimentación y el cuerpo. Este empeño en buscar el éxito y el reconocimiento personal a través de su ‘maltrato' deportivo, unido a un grave problema personal supondrían el punto y aparte en su vida. Fue aquí cuando Pons, hundida en lo emocional y tras un gran desgaste físico y mental, decidía decir basta y empezar a trabajarse, quererse y conocerse, hasta el punto de qué, más fuerte y consistente que nunca en lo emocional, lleva casi una década de ayuda a centenares de mujeres, como ella misma dice, «ayudándolas a amarse a ellas mismas y a tener una buena relación con la comida y con su cuerpo».
La ciutadellenca emocionó anoche en el Consell, durante una de las ponencias correspondientes a las terceras jornadas, ‘Dona, Activitat i Esport', que se celebran estos días y con diferentes mujeres como protagonistas. Echando la vista atrás y repasando sus inicios en el mundo de la actividad física, Pons recordó que tras una década en la gimnasia deportiva compitiendo incluso a nivel nacional de la mano de Sus Seguí y desde apenas tres años de edad, se adentró a un «deporte de hombres, el boxeo, debido a la necesidad de la disciplina que se requería. Era exactamente lo que buscaba para retarme a mí misma», rememoró de una etapa de cuatro años y tres peleas con victoria. «Al principio me adentré con miedo o incertidumbre de no saber cómo iba a ser recibida al ser todo hombres. Sin embargo, me sentí muy aceptada, reconocida, y valorada», dijo, agradecida de la acogida, «tan natural de los hombres»; sobre todo a su entrenador, Maury Ramos, quien le enseñó, «a través del boxeo, los valores de la vida».
Cuando Nerea Pons decidió colgar los guantes se adentró en el culturismo, compitiendo tres años sin parar a nivel nacional e internacional, con 6-8 competiciones al año. Y sí, exclamó, con un cambio en su cara: «Sin darme cuenta de la repercusión mental y física que suponía hacerlo a esos niveles. Era muy duro y un día mi mente y mi cuerpo decidieron parar», explicó la ex culturista, adentrándose ya a su particular calvario sufrido, entre los 18 y 23 años. «Fue aquí, por esa exigencia y sucesos graves personales, donde entré en depresión y finalicé mi carrera como deportista de alto nivel. Sentí agobio, agotamiento y saturación mental», manifestaba, mirando de cara al problema. «Y físicamente débil y sin energía, para no hacer más que entrenar, comer y dormir. Me di cuenta que debía parar cuando mi mente y mi cuerpo decidieron enviarme señales y entré en depresión».
Con la vista hacia adelante, Nerea Pons quiso ayer en estas jornadas enviar un mensaje claro: «Sin salud mental, no hay salud física», subrayó, orgullosa, tras toda una vida y su dilatada experiencia llena de sobresaltos, más los ocho años que lleva acompañando a mujeres. Bagaje que la ha llevado a concluir, como aseveró anoche, que el denominador común del ‘por qué' las personas no conseguimos lo que nos proponemos, «es por la falta de amor propio y sobre todo, la falta de gestión emocional. Personalmente, tras haberme trabajado y especializado en el mundo del ‘Coaching Personal', siento que el acompañamiento emocional hubiera sido clave», advirtió. El segundo mensaje que quiso lanzar Pons ayer no fue otro que el de «darle la importancia que se merece al sistema hormonal de la mujer. Todos sabemos que la mujer hoy en día tiene muchos retos a los que enfrentarse, por eso estamos aquí hoy», espetó en el salón de plenos del Consell.
«Muchas veces las mujeres nos exigimos tanto en todas las facetas de nuestra vida que llegamos a un nivel de saturación y agobio muy importante. Y para mí, es muy importante el sistema hormonal femenino, es esencial para la salud y el bienestar de la mujer en todas las etapas de nuestra vida», abundó la menorquina, quien no esconde, pese a todo, las medallas ni coronas logradas como culturista amateur. Quiso enfatizar Pons en que cualquier desequilibrio hormonal, «puede suponer efectos muy negativos para la salud, reproductiva, física y/o mental de la mujer. Tenemos nosotras la varita mágica, somos nosotras quienes podemos regular este sistema hormonal y sentirnos mejor», incidió, recordando que el deporte, «impacta de manera directa al ambiente hormonal de la mujer. Al hacer deporte producimos: serotonina, adrenalina y endorfina, neurotransmisores que produce el cerebro y nos ayuda a regular un estado de ánimo, apetito o sueño, aumenta nuestra sensación de bienestar y hasta disminuye el dolor y el estrés».
Por eso, quiso cerrar la ciutadellenca, su mensaje fue que como mujer, «te conozcas, qué como mujer reconozcas el poder que tienes. Conozcas tus factores de estrés, conociéndote, conociendo como funciona tu organismo», invitó, entendiendo que no se tiene por qué saber hacerlo, «pero sí interesarte por pedir ayuda si hace falta. Solo tu eres responsable de tu bienestar», cerró, entre aplausos y los ojos abiertos y húmedos de los presentes. Una charla, a partir de la convicción de que el éxito llega si una quiere, no de cara a los demás, en la búsqueda de agradar o recibir el OK mismo.
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