"Escuchad una palabra que va a ser muy importante a partir de ahora: ¡BA-LON-CES-TO!", gritó hace unos años el técnico Pepu Hernández, emocionado tras lo que había logrado dirigiendo a la Selección en el Mundial disputado en Japón. Lo gritó ante 100.000 personas.
No había tantas ayer en el "Padre Petrus", pero la ilusión que transmitían chicos, chicas, técnicos, directivos, padres y madres, todos los que estaban allí, quizá podrían suplirlas. La fuerza de este tradicional club quedó patente de nuevo.
"Somos diecisiete equipos... Luego te hablo de la Escoleta, pero junto a ellos están los cuatro equipos alevines, cinco infantiles, tres cadetes, dos juniors y dos seniors... Utilizamos al cien por cien las instalaciones y tenemos dos técnicos por equipo", eso y "la ayuda inestimable de todos los que estamos en este club... Los técnicos, además, tienen sus ocupaciones laborales, y todos sacamos horas de donde no hay", indica Rafa Llopis, el director técnico del club.
Otro de los representantes que estaba exultante era, óbviamente, el presidente Paco Franco. Ayer, además, atendía especialmente a la alcaldesa Àgueda Reynés, al concejal de Deportes Xec Pons y al Conseller Balear de Administraciones Públicas, Simón Gornés. "Es un gran día para nosotros. A pesar de las dificultades que pueda haber, este club sigue adelante y haciendo cosas como el 'Psico-Basket': psicomotricidad para niños y niñas de 3, 4 y 5 años a partir del baloncesto. Lo iniciamos el año pasado y ya tenemos más de 20 niños. Ellos, más los grupos de iniciación y benjamines son nuestra Escoleta, lo que te explicaba antes Rafa", afirma con orgullo.
La jornada se inició con el partido del "Memorial Padre Petrus-Ciutat de Maó" entre CD Alcázar y Es Castell (65-46), tras la que se hizo la presentación, una "torrada" con baile en línea y una "Red Party" con el DJ Chicha cerraron el evento.
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