El Ferreries vuelve a reinar. El conjunto de Sant Bartomeu se tomó la revancha de la final del pasado año y conquistó la décima Copa para sus vitrinas en un encuentro intenso, con alternativas en el marcador y con su dosis, abundante, de polémica y alguna que otra fricción aunque la gota no colmara el vaso. Una final en toda regla, con más goles -gran efectividad por bando- que fútbol y con un factor determinante, el que anunciaba el técnico del Menorca en la previa, la estrategia; cuatro de los cinco goles llegaron por esa faceta del juego que los finalistas dominan a la perfección, representada en las figuras de los bigoleadores Clavijo y Óscar.
La apuesta por el fútbol combinativo de ambas escuadras apenas compareció. Solo el arranque hizo albergar esperanzas de presenciar un encuentro notable, la calidad de ambas plantillas así lo hacía pensar, pero en un partido de este tipo y con el marcador abierto con prontitud, imperó la batalla física, el cuerpo a cuerpo y el esférico no tuvo dueño. Pudo ganar cualquiera, el Ferreries tuvo más acierto y por eso venció, pero gran parte de su éxito radicó en la rápida igualada después de la remontada del Menorca. Los de Pere Vadell sonrieron tras el pitido final y soltaron toda la tensión acumulada. Abatidos quedaron los de Biel Llabrés que además vieron como perdían a Jonny y Alex, con el partido ya finalizado, por sus protestas al colegiado.
Ritmo
La cita arrancó con alegría, con vivacidad y con juego por bando. El Ferre salió enchufado, con una marcha más aunque el Menorca pudo golpear primero en una acción trenzada entre Santi y Camacho que Paco remató arriba en el interior del área. La polémica no tardó en llegar al pedir el aspirante al título penalti de Omi sobre Helenio (12'). El hábil exterior puso a prueba a Marc con un tiro lejano y poco después la final se abrió. Un córner que no era, lo cabeceó Óscar al palo para batir a Marc. El tanto aturdió más a los de Vadell que a los menorquinistas que se fueron arriba y encontraron el empate en una falta que sacó Camacho sobre la frontal. Clavijo hizo el resto, su espectacular guante clavó el balón con clase a la escuadra de Josep. Vuelta a empezar.
Con todo en el aire, el Ferreries volvió a incidir en el inicio de la segunda parte, aunque el Menorca sacaba rédito de su contra, con dos faltas que Sergi estuvo a punto de cazar. Con el discurrir del crono, el encuentro se abrió, no tuvo dueño porque el cuero voló sin sentido de una parcela a otra.
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