La secuela de Breath of the Wild trae de vuelta el reino de Hyrule, que se ha sumido en la confusión tras un evento catastrófico. Los jugadores deberán desentrañar la verdad oculta tras este suceso, explorando para un ello un mundo ya conocido, pero diferente al presentado en la anterior entrega.
En esta ocasión existe la posibilidad de surcar los cielos con vehículos como un dron de cuatro motores o un globo aerostático, o a lomos de una criatura alada. Con ellos se podrá acceder a las misteriosas islas flotantes.
La nueva aventura transmite la sensación de que hay un mundo enorme para explorar, como destacan desde Nintendo. De hecho, aseguran que no hay una única forma de recorrerlo, ni tampoco de vencer a los enemigos, superar los obstáculos o resolver los puzles.
Las posibilidades de experimentar con los objetos y el entorno son muy variadas: con la combinación, Link podrá unir objetos y crear nuevas armas, con diferentes efectos únicos, mientras que con la ayuda de la ultramano podrá construir ingeniosos vehículos y usarlos de forma creativa para burlar a sus enemigos
Si usa el retroceso, 'rebobinará' el movimiento de un objeto para crear nuevas trayectorias o devolvérselo al enemigo que lo ha lanzado. Y la infiltración le permitirá atravesar el techo de edificios y cuevas para encontrar la ruta más rápida o una salida elegante.
The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom está disponible desde este viernes para Nintendo Switch. También se ha lanzado un nuevo amiibo de Link que, al activarlo, incorporará en el juego armas y materiales, así como una tela especial para la paravela de Link.
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