El can, que vive con su familia humana en São Paulo (Brasil), comparte también su espacio con otras mascotas, con las que, a juzgar por las imágenes, se lleva la mar de bien.
Ni los picotazos cariñosos de los periquitos, diamantes mandarines y cacatúas, ni tampoco el cosquilleo que a buen seguro le produce el fino pelo del hámster de la casa consiguen romper su paz.
Al contrario, a Bob se le ve totalmente conforme con esta peculiar 'compañía'. Por ello, se ha convertido en toda una celebridad, y sus fotos ya han cautivado a miles de seguidores en Facebook e Instagram.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
De momento no hay comentarios.