El Capitolio es uno de los lugares que han quedado cerrados a la visita de los turistas - Reuters

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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha responsabilizado al Partido Republicano del 'cierre de Gobierno' que entró en vigor la medianoche del lunes al martes y ha lamentado que la economía nacional sea ahora «rehén» de la «cruzada ideológica» que lidera la «extrema derecha». Antes, una franja de más de dos kilómetros de museos, monumentos y edificios gubernamentales a lo largo del National Mall han cerrado sus puertas.

El mandatario norteamericano compareció ayer ante la prensa en los jardines de la Casa Blanca para hablar de lo que definió como el «cierre republicano», en alusión a la falta de fondos de la Administración federal que ha dejado en casa a cientos de miles de funcionarios considerados no esenciales. Obama afirmó que, «cuanto más dure», peores serán sus «efectos».

«Este cierre republicano no tenía que haber ocurrido», lamentó Obama, que acusó a los republicanos de convertir la economía del país en un «rehén» de sus intereses ideológicos. «Piden un rescate sólo por hacer su trabajo», dijo.

En el eje de las disputas entre las dos principales formaciones figura la entrada en vigor de la reforma sanitaria impulsada por Obama. El presidente insistidó en que, independientemente de la «cruzada ideológica» emprendida por la «extrema derecha», la nueva normativa ha entrado en vigor, lo cual supone una «ironía».

Obama alertó de que el 15 por ciento de la población de Estados Unidos vivía hasta ahora sin seguro médico y «decenas de miles» de ciudadanos fallecen cada día por carecer de una asistencia adecuada. Ahora, ha indicado, la población «puede obtener un seguro sanitario por cien dólares o menos».

El presidente estadounidense ha pedido a los republicanos que den marcha atrás y «reabran» el Gobierno y recapaciten de cara a futuros debates parlamentarios.

Horas antes, los congresistas que han provocado el primer cierre del Gobierno estadounidense en 17 años pudieron ver de primera mano el resultado de sus disputas en el Capitolio: una franja de más de dos kilómetros de museos, monumentos y edificios gubernamentales a lo largo del National Mall con las puertas cerradas. Con hasta un millón de funcionarios federales en todo el país obligados a quedarse en sus casas sin sueldo, el impacto del cierre se ha concentrado principalmente en la capital, Washington.