Este país es de pandereta. Lo sabemos tú, yo y todo aquel que nos rodea. Sucede, además, que a veces evoluciona, como si fuera un Pokemon, y en lugar de marcarnos un solo con un único instrumento, nos agenciamos la comparsa entera. Como pasa en Madrid, donde por orden del Ayuntamiento y ante la falta de alcoholímetros, obliga a sus policías municipales desde noviembre de 2012 que en los botellones que detecte compruebe a través de sus sentidos, excepto el gusto, si los vasos que incautan contiene alcohol y, además, qué clase y qué marca. Para que nos entendamos, el Consistorio obliga a los agentes a coger cualquier vaso que sostenga ilegalmente un chaval, meterle la napia, pegar ensumada y a identificar qué veneno atonta las neuronas a la muchedumbre hoy en día.
Asseguts a sa vorera
Narices entrenadas
Este país es de pandereta. Lo sabemos tú, yo y todo aquel que nos rodea. Sucede, además, que a veces evoluciona, como si fuera un Pokemon.
22/03/14 0:00
También en Opinión
- La odisea de una tiktoker que quería pasar la noche en el aeropuerto de Menorca
- José Antonio Fortuny: «Sueño con ganar a la enfermedad; no quiero que nadie pase por esto»
- Menorca espera lluvias en el arranque de una semana que reinará el tiempo inestable
- Marc Marqués pide recuperar el acta de concejal de Ciutadella tras el archivo del caso
- ¿Cómo afectaría la subida del nivel del mar en Menorca? Así quedaría sobre el mapa