Las restricciones se empezaron a aplicar el verano del año pasado, y este 2023 entrarán en vigor el 1 de junio.

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Es Castell vuelve a prohibir desde el 1 de junio y hasta el 30 de septiembre que los no residentes pueden aparcar durante las tardes en las calles de la localidad. Las restricciones de 18 a 24 horas prácticamente afectan a todo el casco urbano, en el interior del perímetro que va entre las calles de Fontanilles, Maó y Sant Josep hasta el mar. Quedan exentas de estas limitaciones las urbanizaciones de Santa Anna, Sol del Este y Son Vilar.

El objetivo es «dar prioridad a los residentes en el municipio durante la temporada turística, obligando a los visitantes a aparcar en las bolsas de aparcamiento perimetrales». Así, como ya se aplicó el año pasado, solo podrán aparcar en esta zona a partir de las 18 horas de la tarde los vehículos que paguen el impuesto de circulación en Es Castell, así como los coches de los empadronados y de los visitantes que cuenten con una segunda residencia en propiedad.

No estarán sujetos a esta restricción las motocicletas, ciclomotores, bicicletas, vehículos de emergencias y servicios públicos, así como los coches de personas con movilidad reducida. El Ayuntamiento también permite aparcar, en este caso con una tarjeta especial, a las personas que trabajan en el término municipal, así como a los trabajadores de servicios técnicos y de reparación.

Para poder aparcar en el centro en ese horario hay que contar con una tarjeta, que proporciona el Ayuntamiento, y que se debe colocar en un espacio visible del vehículo. La tarjeta, que tiene una vigencia de dos años, para los residentes y los propietarios de una segunda residencia es gratuita. Para el resto, dura un año y cuesta 10 euros.