limitación. El transporte de pasajeros no puede exceder en la carretera general los 80 kilómetros por hora - Archivo

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Hace más de seis meses que la implantación del tacógrafo en Menorca se hizo efectiva. Fue exactamente el 1 de enero de 2010, tras meses de movilizaciones y muestras de oposición por parte de asociaciones de transportistas y de la propia Federación Empresarial Balear de Transportes (FEBT), que pedían que se hiciera una excepción a la normativa comunitaria, que hasta ese momento excluía los transportes desarrollados en islas cuya superficie no superara los 1.500 kilómetros cuadrados. Sin embargo, tal y como publicó el Boletín Oficial del Estado con fecha del 23 de julio el Real Decreto 1163/2009, se modificó la obligatoriedad, y a partir de entonces la normativa europea pasó a afectar a islas como Menorca y Eivissa, con una superficie mínima de aplicación de 250 kilómetros cuadrados.

Medio año después, las empresas de transporte de mercancía y discrecional de Menorca ya pueden hacer balance de los efectos que esta normativa ha tenido sobre su balance de resultados y su organización interna.

Para Jaume Aliaño, gerente de Transportes Menorca, empresa con 30 vehículos y 35 conductores, el coste más importante ha sido el aparato del tacógrafo, aunque ante eso, cada empresario, explica, "tiene que hacer cálculos y escoger el sistema que mejor le convenga".

Modernización de flota
En su caso, de su flota, 13 autobuses están equipados con el tacógrafo digital y otros 15 con el analógico, aunque reconoce que el digital es mucho más práctico en el sentido de "que no se tiene que almacenar toda la información en discos".

En cuanto a la vertiente práctica, Aliaño reconoce que las consecuencias de la implantación del tacógrafo están siendo "terribles". A su parecer, "Menorca se ha transformado, y cualquiera que sea usuario de la carretera general habrá notado que ahora tanto camiones como autobuses van más lentos. La razón es que no se pueden sobrepasar los límites porque ahora todo queda registrado en el tacógrafo".

Transportes Menorca es una de las empresas a la que se le ha concedido el servicio regular de autobuses en la Isla y cubre el trayecto Maó-Ciutadella.
"Antes salíamos a las 12.40 horas de Ciutadella y a la hora estábamos en Maó. Ahora, en cambio, llegamos a las 13.50 e incluso a las 13.55 y esto influye directamente en el descanso de los conductores, que antes tenían 35 minutos, y ahora sólo tienen 20 ó 25, dependiendo del retraso que lleven", agrega Aliaño.

Velocidad en carretera
Por su lado, Joaquín Bisbal, presidente de la Asociación de Empresas de Transporte de Menorca (ASTRAME), recuerda que a mediados de abril se presentó ante el Consell y el Ministerio de Fomento un escrito con las firmas de 177 transportistas en contra del tacógrafo, aunque reconoció también, que "lo único que hay que hacer es adaptarse".

"Hay mucho rigor con el tema de la velocidad y en esta Isla, al tener una carretera con un arcén inferior a 1,5 metros, la velocidad para el transporte de mercancías no puede superar los 70 kilómetros por hora y en el caso del transporte de pasajeros, los autobuses no pueden pasar de 80 kilómetros por hora".

La sanción, indica, es para el conductor, "que para no superar los 70 kilómetros por hora es capaz de ir a 65 kilómetros por hora".

En definitiva, resume Bisbal, "no tiene ningún sentido que el Ministerio haya ido en contra de la normativa europea y que España, en la situación en que estamos, haya hecho una norma más estricta".

Aunque resignado con la aceptación del uso del tacógrafo, afirma que desde ASTRAME seguirán luchando, "por mucho que sea una batalla perdida".

A este respecto, el conseller de Movilidad, Damià Borràs, explica que la respuesta que se recibió del Ministerio de Fomento fue que "lo estudiarían", aunque reconoció "no verlos mucho por la labor, puesto que ellos entienden que es una cuestión de seguridad, si bien aseguraron que iban a estudiar la propuesta de la moratoria, y que estaban dispuestos a ser flexibles".

Sin embargo, no todo han sido críticas. También han llovido alabanzas, y de los propios conductores, uno de los cuales no ha querido desvelar su identidad pero sí ha reconocido que el tacógrafo "ha sido una manera de que se respeten los descansos por ley".