Accidentes. El año pasado 463 vehículos sufrieron accidentes por causas diversas - Archivo

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La Policía Local de Maó registró en 2009 más de 170 casos de conducción bajo los efectos del alcohol. De éstos, 130 fueron detectados en controles de alcoholemia, 32 estuvieron implicados en accidente de tráfico, y entre 15 y 20 fueron detectados por otros motivos. Esta cifra supone que, cada dos días, se detectó un conductor bajo efectos del alcohol en Maó.

De los 170 casos, el 49 por ciento, 92 en números absolutos, fueron constitutivos de delito. Es decir, superaron el 0,60 por ciento de alcohol en sangre.
En comparación con 2008, aumentó un 97,3 por ciento el número de controles de alcoholemia. Además se incrementó también el número de denunciados, que pasó de 29 a 130; es decir, se incrementaron en un 348,2 por ciento en total.

En cuanto a controles de velocidad, en 2008 fueron denunciados 183 conductores, mientras que en 2009 se denunciaron 236. Así las cosas, el año pasado el número de denunciados aumentó en un 29 por ciento.

El mes que más accidentes registró fue mayo, con 54, y la franja horaria en la que más accidentes se produjeron fue de 11 a 13 horas. Por días de la semana, los viernes resultaron los más conflictivos, con una acumulación del 18 por ciento, seguidos de los lunes y los jueves, con un 17 por ciento. Sin embargo, llama la atención que de los 463 accidentes de tráfico que tuvieron lugar en 2009, la causa en 126 casos fueron las maniobras de aparcamiento, seguido por otras causas.

Mateu Llabrés, regidor de Movilidad, Prevención y Seguridad Ciudadana, justificó el aumento de los controles en el hecho de que "en una ciudad con 30.000 habitantes, con un volumen de conductores importante, cualquier labor de prevención es beneficiosa para los ciudadanos".
De la misma forma, puntualizó que también se cuenta como accidente cualquier "pequeño toque al realizar una maniobra".

El comisario de la Policía Local, Rafael Le-Senne, aseguró que a diferencia del año anterior, en 2009 sólo se produjeron accidentes leves. Parte de esta circunstancia Le-Senne la atribuyó al hecho de que "las rotondas hacen que los vehículos reduzcan más la velocidad de lo que lo harían si se tratara de una intersección normal, con lo que los accidentes en esos puntos no han sido tan graves".