Pues a mí me gustaban los bustos parlantes de la tele; informaban mejor y comunicaban seriedad. En cambio, los bustos danzantes de ahora, que dan las noticias de pie, deambulando y bailoteando por el plató de informativos como si fuesen monologuistas cómicos, al añadir dinamismo al mensaje le restan precisión, lo modifican levemente, y lo que se gana en desenvoltura se pierde en rigor. La desenvoltura sirve para las charlas casuales, para contar chistes o ligar, pero no tanto para las noticias del mediodía. Si alguien va a informarme de algo importante, me basta mirarle la cara, no me hace falta el cuerpo entero, ni los pies. Los pies son un dato que no viene a cuento si hablamos de borrascas o sequías. Pero claro, ahora todo tiene que ser muy ágil y dinámico, muy audiovisual, y como la información forma parte de las artes escénicas (como todo), los antiguos bustos parlantes están obligados a moverse de aquí para allá, parecer que avanzan y hacen cosas (además de contar lo que ha pasado), lo que a su vez incrementa su gestualidad, sus muecas y mohines, sus énfasis, sus tics nerviosos y todo ese lenguaje no verbal que infla cualquier comunicado hasta que se va volando como un globo. Los sordos nos fijamos mucho en ese lenguaje no verbal, por lo que a veces no sé si se pronostican chubascos dispersos o solo nubes y claros.
Dinamismo
16/03/24 4:00
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